Spotlight cuenta la historia de un grupo de reporteros que descubren una red de soporte que ocultaba los casos de pederastia en Boston, auspiciados por el cardenal de la región.
Regeneración 05 de marzo del 2016.- En 2002, el equipo de investigación del diario The Boston Globe expuso a la Arquidiócesis de Boston y a su máxima autoridad, el arzobispo Bernard Law, como encubridores de los abusos sexuales a niños de parte de un cura; el demoledor titular fue:
“La Iglesia permitió los abusos de un cura durante años”.
Aunque al principio el diario apuntaba a un solo responsable, la investigación culminó en una serie de historias que acusaban a la iglesia de Boston de encubrir los abusos de decenas de sacerdotes pedófilos entre 1984 y 2002.
Law, al que The Globe calificó como “una figura central” en el escándalo, acabó presentando su renuncia.
La historia se cuenta en “Spotlight”, galardonada este domingo con el Óscar a la mejor película.
Pero la carrera eclesiástica de Law no se terminó entonces, a pesar de la presión que sufrió el que había sido el prelado católico más influyente de Estados Unidos.
La dimisión fue aceptada por el entonces Papa Juan Pablo II, quien le había nombrado cardenal de Santa Susana en 1985, y Law emprendió camino hacia la ciudad en la sigue hoy en día.
Santa Maria Maggiore
Tras el escándalo, el cardenal fue nombrado en mayo de 2004 arcipreste de la Iglesia de Santa Maria Maggiore, una de las cuatro basílicas más simbólicas de Roma, construida entre los años 432 y 440.
Y en abril de 2005, celebró una misa en la Basílica de San Pedro del Vaticano.
El cargo en Santa Maria Maggiore no es particularmente importante dentro de la jerarquía católica, es más bien honorífico.
Pero Law no solo mantuvo su influencia sino que, lejos de esconderse, se dejaba ver con frecuencia en actos eclesiásticos o diplomáticos.
“No perdió su influencia. Fue miembro de más congregaciones que cualquier otro obispo”, dijo Robert Mickens, periodista en el Vaticano durante años y editor de la revista Global Pulse, en 2015.
En Roma, Law se volvió más influyente incluso de lo que había sido en Boston, según explicó en un largo artículo en septiembre del año pasado David Boeri, periodista de la radio pública estadounidense (NPR) en Boston.
Law mantuvo su puesto en el Colegio Cardenalicio y en la Congregación para los Obispos.
“Lo que la gente no entendió entonces es que como arcipreste no tenía ningún poder, pero el cargo en la Congregación de los Obispos era enormemente importante”, dijo John Allen, analista de cuestiones vaticanas y reportero de The Boston Globe desde 2014.
Desde ahí pudo influir en el nombramiento de los obispos estadounidenses a lo largo de los años.
Law nunca fue acusado de nada ni invitado a declarar por los casos de pederastia.
“Alguna gente dijo que se fue a Roma para evitar ser juzgado”, dijo Allen, “pero el Vaticano siempre dijo que si hubiera sido citado, habría declarado”.
Sin embargo, el periodista cree que en realidad Law se fue porque se volvió imposible para él “funcionar en ese ambiente”.
Tras la renuncia, quiso seguir jugando un papel en Estados Unidos.
“Pero cada vez que aparecía en público en Estados Unidos, se formaba un lío de protestas”, dijo.
Emérito
Preguntado por la trayectoria de Law, el Vaticano simplemente remitió a la página web de la oficina de prensa de la Santa Sede, donde se puede consultar su biografía.
Pero se sabe que participó en el cónclave en el que se eligió Papa a Benedicto XVI, aunque no en el que eligió al Papa Francisco, pues entonces ya había sobrepasado los 80 años, edad en la que los cardenales pierden el derecho a elegir al Papa.
Y sobre su relación con Francisco nada más se conoce una anécdota reportada por el diario italiano Il Fatto Quotidiano.
Según este diario, Francisco se encontró con Law en su primera visita a Santa Maria Maggiore, cuando este ya no ocupaba un cargo en la iglesia.
Francisco se alejó inmediatamente y, según este medio, dijo que no quería que Law siguiera yendo a esa basílica.
Pero el Vaticano negó repetidamente la información, que Allen califica como una de las “leyendas urbanas” publicadas tras el nombramiento del papa Francisco.
Allen se encontró en repetidas ocasiones a Law en recepciones diplomáticas y eventos públicos y, aunque fue siempre “muy amable”, nunca le concedió una entrevista.
El cardenal, que no ha dado entrevistas a ningún medio, se jubiló en noviembre de 2011, aunque todavía es “arcipreste emérito” de la Basílica y arzobispo emérito de Boston, según la página de la oficina de prensa de la Santa Sede.
Vía Animal Político