Organizaciones de derechos humanos se dieron cita en el multitudinario funeral.
Regeneración 05 de marzo del 2016.- «La lucha sigue y sigue», ¡Berta Vive!, son las expresiones con las que despidieron a la líder indígena y ambientalista hondureña Berta Cáceres en La Esperanza, Intibucá.
Miles de personas dieron este sábado el último adiós en la ciudad que fue testigo de sus grandes luchas a favor de los pueblos indígenas. «Berta Cáceres presente hoy y siempre», corearon mientras era sepultada.
A las 11:00 am su cuerpo fue desplazado por las calles de su natal ciudad y llevado hasta La Gruta, la blanca ermita donde unas dos mil personas llegaron y participaron de una misa y un programa especial preparado por líderes de organizaciones ambientalistas de Guatemala, El Salvador, Nicaragua y Honduras.
Después sus restos fueron llevados a su última morada en el cementerio de La Esperanza. Hombres y mujeres lloran su partida física. Las expresiones de dolor no se dejan de escuchar. «Perdóname Bertita, perdóname porque no pude comprender tu grandeza», le dijo su ex esposo, Salvador Zúniga y padre de sus hijos.
¡Berta Vive! Gritó la multitud en agradecimiento a la líder lenca. «Gracias Berta, serás ejemplo para las presentes y futuras generaciones», expresaron.
Familiares y amigos habían acudido ayer al barrio El Calvario de La Esperanza, Intibucá, para dar el último adiós a Berta Cáceres, asesinada de varios disparos en el occidente de Honduras. Entre gritos de «justicia» y «la lucha sigue», miembros del movimiento popular de Honduras convirtieron en una protesta social de gran magnitud el funeral de la dirigente indígena cobardemente asesinada. En ese contexto se anunció también una próxima manifestación histórica en la que se le hará un homenaje.
«Para nosotros la muerte física es un paso, pero hay una vida espiritual permanente. No solamente hemos venido a rendir homenaje sino también a exigir justicia y el castigo de los responsables», dijo Miriam Miranda, líder de la Organización Fraternal Negra de Honduras (Ofraneh).
Los miembros de Ofraneh sacaron sus tambores y cantaron en el funeral, entre ellas «Las Mañanitas», ya que Berta estaba cumpliendo ayer 43 años, según ha informado la prensa hondureña.
“Ni las amenazas de violarla y lincharla. Ni las amenazas de atacar a su madre y secuestrar a sus hijas. Ni el asesinato de sus compañeros. Nada ha podido detener la lucha de una mujer hondureña, madre de cuatro hijos, cuya campaña contra un polémico macroproyecto sobre río Blanco de la mayor constructora hidroeléctrica mundial, la empresa china Sinohydro, le valió el prestigioso premio ambiental Goldman el pasado abril».
«Berta Cáceres organizó al pueblo lenca, la mayor etnia indígena de Honduras, en su lucha contra la represa de Agua Zarca, que iba a ser construida sobre el río Gualcarque, sagrado para las comunidades indígenas y vital para su supervivencia». Publicó sobre ella hace un año BBC Mundo.
Ayer viernes el periódico español, El País, informó sobre el aumento de ataques contra activistas en Latinoamérica:
«Las organizaciones de derechos humanos denuncian que las agresiones a las activistas americanas se están incrementando. En El Salvador, Guatemala, Honduras, México y Nicaragua se produjeron, sólo entre 2012 y 2014, 31 asesinatos y 39 intentos de acabar con la vida de mujeres que luchan por los derechos humanos, según el último informe de la Iniciativa Mesoamericana de Defensoras de los Derechos Humanos».
La propia Berta Cáceres advertía sobre esta persecución mortal contra activistas en Honduras.
Vía Rubén Luengas