Profesores y académicos se alistaban para organizar el «Año Umberto Eco», pero el semiólogo pidió en su testamento que esto no sea sino hasta el 2016
Regeneración, 25 de marzo de 2016. Recientemente se supo que el escritor, filósofo y semiólogo Umberto Eco pidió en su testamento que no le rindieran homenajes sino hasta diez años después de su muerte, es decir hasta el 19 de febrero del año 2026.
Esta información la comunicó la viuda del filósofo, Renate, justo a tiempo, pues cierto número de académicos de la Escuela Superior de Estudios Humanísticos de Boloña ya se encontraba preparando un convenio internacional sobre la obra del semiólogo para el próximo año.
Inclusive el rector tenía planeado anunciar el «año Umberto Eco«; un periodo académico dedicado a la memoria del escritor.
Las aspiraciones de los académicos se vieron, pues, completamente frustradas; una de las últimas voluntades de Umberto Eco es la de no recibir homenajes hasta la próxima década.
Al saber la noticia, los académicos se apresuraron a comentar, al menos, esa última voluntad de Umberto Eco: «es una idea propia de un genio«.
«Me parece una elección de su estilo y acertada, una idea genial. Ha querido evitar la masa de actos en el momento e invitar a una reflexión más a largo plazo, ponderada. […] Es una invitación a que, quien quiera organizar homenajes, aunque sea con las mejores intenciones, se detenga», dijo la directora de la universidad de Boloña, Maria Patrizia Violi.
Jorge Lozano, colega y amigo de Umberto Eco festejó la voluntad del difunto: «demuestra que es nuestro Umberto Eco».
Eco, el goliardo
Al parecer, esta última voluntad de Umberto Eco se trata de su última broma práctica. Es importante recordar que Eco, por su pertenencia a los goliardos, era un hombre gracioso, bromista y bohemio.
Recordemos cuando dijo que las redes sociales daban voz a «hordas de imbéciles«; generó un encabezado perfecto para todos los periódicos, pues era escandaloso y suscitaba discusiones.
Todo este ajetreo tuvo como propósito llamar la atención hacia su última novela, Número Cero que trata, precisamente, de los periódicos y de cómo funcionan. Decenas de analistas, escritores, académicos cayeron en la trampa de querer descifrar a qué se refería con esta frase. Había sido una más de sus bromas. Si acaso la respuesta se encontraba leyendo el libro y nada más.
Actualmente se busca dar seguimiento a la trayectoria de Umberto Eco, la directora Patrizia Violi tiene planeado crear en Boloña un centro de estudios de semiótica donde se continúen los estudios del difunto y se reúna toda su obra escrita.