Entre los fallecidos, figuran militares y agentes del orden que asistían al sepelio del padre del actual ministro de Interior Galal al Rawishan en Yemen
Regeneración, 9 de octubre de 2016.- Miles de personas de la capital de Saná, Yemen, salieron a las calles para condenar el ataque aéreo contra un edificio en el que tenía lugar un velatorio, que dejó un saldo de al menos 140 muertos y más de 500 heridos, según cifras de la ONU.
Los manifestantes, seguidores, sobre todo, de los rebeldes hutíes (chiítas) contrarios al Gobierno, protestaron cerca de una oficina de la ONU en Saná, donde hacen responsable del ataque a la coalición de países sunitas que encabeza Arabia Saudita. La alianza, sin embargo, negó ser la autora del ataque y anunció una investigación.
Según los medios de comunicación controlados por el grupo rebelde de los hutíes, la aviación saudí golpeó este sábado hasta en cuatro ocasiones un salón ubicado en Saná en el que cientos de personas participaban en el sepelio del padre del actual ministro de Interior, Galal al Rawishan.
En rueda de prensa, el ministro de Sanidad Ghazi Ismail ha indicado que el balance es aún provisional por lo que el número de víctimas podría aumentar en las próximas horas. Entre los fallecidos, figuran militares y agentes del orden afines a los hutíes que asistían este sábado en la capital yemení al sepelio del padre del actual ministro de Interior Galal al Rawishan.
Personas que han colaborado en las tareas de rescata relatan «El lugar se han convertido en un lago de sangre», a decir de Taufik, en declaraciones a Associated Press.
Diferentes son los pronunciamientos relacionado con este ataque «El silencio de la ONU y la comunidad internacional es la munición de los asesinos», ha denunciado el portavoz hutí en Saná, Mohamed Abdelsalam, que ha considerado el bombardeo como el último acto de «genocidio» firmado por Riad. «Los asesinos no escaparán de la justicia divina», ha advertido.
De acuerdo a especialistas, son casi tres mil bombardeos efectuados por Riad que han golpeado escuelas, mercados, mezquitas o infraestructuras económicas, resultado del estudio realizado por profesores universitarios y activistas, el cual fue divulgado el mes pasado.
Mientras que la ONU informa que en el último año más de 10.000 personas han perdido la vida, según sus estimaciones publicadas a finales del pasado agosto.
Los pronunciamientos de organizaciones de derechos humanos internacionales han exigido a los países occidentales poner fin de la venta de armas a Riad y sus socios. Denunciaron que la venta de armas contempla aviones, municiones, bombas, torpedos, misiles y equipos electrónicos, «que pueden haber sido utilizados en bombardeos para cometer crímenes de guerra».
Con alrededor de 8600 bombardeos en 19 meses, se ha generado una situación de hambruna que ya se propagó por nueve provincias del país. Imágenes dantescas como la de Salem Abdalá Isa se han vuelto cotidianas.
«Los primeros datos de las autoridades sanitarias en Saná estiman que hay alrededor de 140 muertos y unos 525 heridos», aseguró a última hora de este sábado el coordinador humanitario de la ONU en Yemen, Jamie McGoldrick, en un comunicado en el que se declaró conmocionado y consternado por uno de los bombardeos más mortíferos desde el inicio de la campaña de ataques aéreos en marzo de 2015. Asimismo, pidió que se abriera una investigación para esclarecer la matanza. «Esta violencia contra los civiles en Yemen debe cesar de inmediato», aseveró McGoldrick.
Enterado de los hechos, en un discurso por televisión, el ex presidente Ali Abdalá Saleh, desalojado del poder durante las revueltas de 2011 y principal apoyo de los hutíes, ha llamado a vengar los ataques. «Hago un llamamiento a todos los hijos de esta nación para hacer frente a esta agresión con toda su fuerza. Debéis emprender camino hacia los frentes de batalla. (…) El ministerio de Defensa, el jefe del estado mayor conjunto y el ministerio del Interior deben adoptar todas las medidas necesarias para preparar la batalla en todos los frentes de la frontera (con Arabia Saudí)», ha detallado.
El gobierno de los Estado Unidos anunció que había puesto en marcha «una revisión inmediata» de su apoyo a la coalición árabe encabezada por Riad e integrada, además, por Emiratos Árabes Unidos, Qatar, Bahrein, Kuwait, Egipto, Jordania, Marruecos y Sudán. «Estamos profundamente consternados por las informaciones del ataque aéreo en el salón de una funeraria en Yemen, que de confirmarse, sería la continuación de la cadena de ataques que golpean a los civiles yemeníes», admitió el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional, Ned Price, en un comunicado.
«A la luz de este y otros incidentes recientes, hemos iniciado -indicó la nota- una revisión inmediata de nuestro ya significativamente reducido apoyo a la coalición liderada por Arabia Saudí. Estamos preparados para ajustar nuestro respaldo con el fin de comulgar mejor con los principios, valores e intereses de Estados Unidos». A juicio de Price, la cooperación en materia de seguridad con Riad «no es un cheque en blanco».
Yemen es víctima de la guerra que libran Riad y Teherán por su hegemonía regional. Lejos de acercar posturas, las fallidas negociaciones de paz celebradas a principios de agosto en Kuwait han avivado unas refriegas de las que sacan rédito los yihadistas. Tanto Al Qaeda en la Península Arábiga como la filial local del autodenominado Estado Islámico han aprovecho el río revuelto para sumar militantes y expandirse por amplias zonas del país.
Con información de El Mundo y La Jornada