* Según datos de un estudio elaborado por el Instituto Electoral del Estado de México, el abstencionismo es mayor entre los hombres, específicamente entre el grupo de 20 y 29 años.
Regeneración, 2 de junio de 2017.- En el estado de México, la participación electoral de los habitantes va de 10 a 13 puntos por abajo del promedio en comicios similares de otros estados. Con un abstencionismo de 57.3 y 53.8 en las pasadas dos elecciones para gobernador, en 2005 y 2011, el Estado se coloca entre las entidades con menor participación al renovar al Ejecutivo estatal.
Un estudio de Gabriel Corona, publicado por la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEM), explica: “El triunfo de Eruviel Ávila, con márgenes superiores a lo esperado tiene varias explicaciones. Una de ellas es que refleja la cantidad de recursos gastados por su partido (…) sin embargo, la cifra más contundente de esa elección fue la abstención, reflejo del rechazo social a las formas de operar de partidos y gobierno”.
Por su parte, Juan Carlos Villarreal, especialista de la UAEM en la política mexiquense aseguró que, en los municipios conurbados, la población que en buena parte no es originaria de la entidad, ve distante al gobernador, lo que contrasta con la afluencia ciudadana en el resto de la entidad.
En las elecciones de 2011, donde el PRI salió victorioso con el 62 por ciento de los votos, varios municipios conurbados tuvieron escasa afluencia de votantes: Nezahualcóyotl, 59 por ciento de abstención; Atizapán; 60 por ciento; Naucalpan, 62 por ciento, y Ecatepec, 57 por ciento.
Para Villareal, los electores metropolitanos no se identifican mucho con el gobierno estatal y no lo relacionan con la solución de sus problemas cotidianos.
Según datos de un estudio elaborado por el Instituto Electoral del Estado de México, el abstencionismo es mayor entre los hombres, específicamente entre el grupo de 20 y 29 años.
Además, como decía Villareal, quienes no son originarios de la entidad, tienen una menor participación en los comicios.
Es indudable, asegura Villareal, que la élite política de la entidad es del PRI y “eso favorece la operación económica, política y social, porque tienen capacidad de gestión para programas sociales y partidas económicas, lo que permite consolidar liderazgos regionales y, en consecuencia, apuntalarlo en el plano estatal”.
El experto señala que “se dice que el partido en el poder en una elección tiene la capacidad de mover hasta 7 puntos en la elección, a partir de su capacidad de movilización”.
Con información de La Jornada