La ventaja de más de 15 puntos de Andrés Manuel López Obrador, no pasa desapercibida para la derecha y buscarán atacarlo, dice el columnista.
Por José Agustín Ortiz Pinchetti| La Jornada
Regeneración, 08 de abril de 2018.- Nos espera un episodio muy dramático: una competencia política como no la ha vivido el país en toda su historia. La oportunidad de dejar atrás un sistema político desgastado y una economía fallida. También hay peligros: la polarización social se puede volver incontrolable y el segmento más reaccionario puede inclinarse a un desenlace violento.
El posicionamiento de AMLO y su ventaja de 15 puntos o más provocará un ataque combinado de todas las demás agrupaciones políticas y de un amplio sector de la población que se resiste a los cambios. La intensa agitación es natural en las competencias electorales reñidas en todo el mundo, en México, país sin tradición democrática, puede tornarse peligrosa. Es de esperarse una gran ofensiva contra el puntero y estará en los espacios públicos y privados. Veremos un intento de descalificación peor que la ofensiva del “peligro para México” de 2006. Los ataques serán múltiples: algunos abiertos otros oblicuos, por radio, televisión, Internet, en las bardas y en los cerros, en todo el paisaje urbano, en los pueblos pequeños y en las aldeas, habrá ataques inteligentes e histéricos, abiertos y subliminales. La política estará en todo, en las conversaciones privadas, en las sacristías, en las empresas, en las universidades, en las cantinas y en el gobierno. Esta ofensiva para derrotar a AMLO tendrá un costo de miles de millones de pesos. No se detendrán sus patrocinadores en gastos, desvíos de recursos y cualquier “contribución” que sea necesaria.
Parte del ataque se centrará en las calumnias y en los viejos temas: el plantón de Reforma, las alianzas con Venezuela, Rusia y con otros poderes maléficos. Pero habrá una nueva versión, más inteligente, que estimula con hábiles argumentos el temor por el cambio de régimen político y económico. Aquella que ve no sólo la amenaza a sus intereses sino a un estilo de vida. La respuesta es básicamente emocional: los miedos latentes en una sociedad dividida. Que nació dividida y ha continuado así durante cinco siglos.
La intensidad de la politización es un signo de vitalidad. Pero también un peligro de polarización. La tentación por el fraude se volverá muy fuerte. Los segmentos amenazados pueden presionar a una asonada, a un golpe “preventivo”. Entre más profunda es la reacción, más extremas pueden ser sus acciones. Pueden llegar al crimen, a la violencia, a la locura. Sin duda, viviremos un episodio de gran relieve en los próximos 100 días: marcará nuestras vidas.