AMLO reconoce al Papa Francisco por condenar la corrupción política

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 Así lo declaró Andrés Manuel López Obrador en Facebook:

Me sigue sorprendiendo, para bien, el Papa Francisco. Ahora condenó con claridad y energía la corrupción política. Mientras, casi al mismo tiempo, EPN se descara y trata de justificarla con el absurdo de que es un asunto cultural.

Bernardo Barranco, de La Jornada, en dos párrafos de su artículo relata lo dicho por el pontífice: 

«El papa Francisco dedicó una homilía para cuestionar la corrupción como un pecado grave. Durante su misa matutina del 8 de noviembre de 2013, que presidió en la capilla de su residencia, Santa Marta, el pontífice centró su reflexión en el pasaje bíblico del administrador deshonesto, cuya viveza fue alabada por su patrón. Algunos administradores públicos, algunos administradores del gobierno tienen una actitud del camino más breve, más cómodo para ganarse la vida. Agregó el Papa con un tono fuerte: Quien lleva a casa dinero ganado con la corrupción da de comer a sus hijos pan sucio. Por eso pidió a todos rezar por tantos niños y jóvenes que reciben de sus padres el pan sucio. Ellos también están hambrientos, ¡hambrientos de dignidad, insistió. Esta pobre gente que ha perdido la dignidad en la práctica de la mordida solamente lleva con sí, no el dinero que ha ganado, sino la falta de dignidad, expresó.

Para Francisco la corrupción es una forma de vida distorsionada que conduce a la sociedad a perder el respeto por la responsabilidad social y por las autoridades. Los principales afectados son las propias familias de los funcionarios, políticos, consejeros, legisladores, magistrados y administradores. Y sus hijos, quizás educados en colegios costosos, quizás crecidos en ambientes cultos, habían recibido de su papá, como comida, porquería, porque su papá, llevando pan sucio a la casa, ¡había perdido la dignidad! Esto es un pecado grave. Advirtió que primero se comienza en la corrupción con un pequeño sobre, pero después se convierte en una droga y la costumbre de la mordida se vuelve una dependencia. Sostuvo que si existe una astucia mundana, existe también una astucia cristiana de hacer las cosas, no con el espíritu del mundo, sino honestamente. ¿Quién paga la corrupción? La corrupción política y económica la pagan los hospitales sin medicinas, los enfermos que no tienen cuidados, los niños sin educación, los jóvenes sin empleos, los ancianos sin cuidados, las madres solteras; en suma, los pobres. ¿Cómo erradicar dichas prácticas? se pregunta Francisco en su homilía de junio de este año: “El único camino para vencer la corrupción, para vencer la tentación, el pecado de la corrupción, es el servicio; porque la corrupción viene del orgullo, de la soberbia, y el servicio te humilla: es la ‘caridad humilde para ayudar a los demás’”. Es el sentido y la vocación de responsabilidad social que la clase política ha extraviado».