Un estudio reciente constata que el océano Ártico acumula grandes cantidades de plástico, transportado hasta allí por corrientes oceánicas desde las costas de Estados Unidos o el noroeste de Europa.
Regeneración, 20 de abril del 2017.-Esta es una de las conclusiones de un nuevo estudio publicado en la revista Science Advances, en el que sus autores advierten de que los plásticos, con solo unas décadas de uso, se han convertido «ya en un serio problema» con posibles implicaciones para la vida marina.
Por eso, los autores hacen hincapié en la necesidad de manejar correctamente la basura plástica en los lugares de consumo porque una vez que entra en el océano su destino puede ser impredecible.
Aunque el estudio concluye que el plástico flotante del Ártico representa actualmente menos del 3 % del total mundial, su acumulación irá creciendo, por lo que los potenciales efectos de este flujo de contaminación son «especialmente preocupantes».
Los autores, liderados por el español Andrés Cózar, de la Universidad de Cádiz (sur), demuestran que, si bien el Círculo Polar Ártico alberga escasa población -esto significa que son pocos los residuos plásticos que allí se generan-, los mares de Groenlandia y Barents (al este de Groenlandia y norte de Escandinavia) albergan grandes cantidades de residuos plásticos, en concreto de microplásticos.
Ello se debe en parte por el creciente tráfico marítimo en la región, pero sobre todo por el transporte de basura por corrientes oceánicas desde las pobladas costas del Atlántico Norte, según Cózar, para quien los mares de Groenlandia y Barents son un «callejón sin salida» en el transporte de basura flotante por las corrientes.
Albergan más de 300.000 millones de fragmentos -principalmente, del tamaño de granos arroz- de polietileno y polipropileno, polímeros empleados en la elaboración de productos de uso diario como bolsas, envases de comida o juguetes, confirma a Efe Cózar, quien concreta que los datos se han extrapolado a partir de muestreos realizados en torno a todo el casquete polar ártico.
El equipo de este estudio está compuesto por 12 instituciones de 8 países, entre ellas la Universidad de Harvard (EU) y el Instituto de Física Interdisciplinar y Sistemas Complejos de España.
El trabajo es fruto de la colaboración de dos programas de investigación marina: Tara Oceans Expeditions (Francia) y la Expedición Malaspina, dirigida por el español Carlos Duarte.
«Ahora hemos demostrado la existencia de plásticos también en el Ártico», resume Cózar, quien afirma que si bien aún no se comprenden bien sus efectos sobre los océanos, sí se sabe que sus consecuencias se sentirán a gran escala, incluso en ecosistemas tan remotos como el Ártico.
Asimismo, afirma que existen estudios que demuestran la ingestión de plástico por parte de pequeños peces (base de la cadena trófica), tortugas o focas.
Fuente: EFE