40 internas requieren atención psiquiátrica y 20 tienen la capacidad de socializar entre sí
Regeneración 22 de julio de 2017.- El grupo parlamentario del Movimiento de Regeneración Social (Morena), se pronunciaron en cuanto al tema de las mujeres inimputables recluidas en el Centro Femenil de Reinserción Social en Tepepan, resaltando que de las 202 reclusas que se encuentran en este Centro, 60 presentan problemas mentales.
Aunque la población de estos centros no sea tan extensa como en los varoniles, este porcentaje de mujeres que necesitan apoyo psicológico y psiquiátrico, representan un problema en cuanto a la seguridad de las demás internas como al personal que labora ahí.
Dado a la delicadeza del tema, la diputada Beatriz Rojas Martínez, exhortó a Patricia Mercado, secretaria de Gobierno y José Armando Ahued Ortega, Secretario de Salud, en la Ciudad de México a establecer en calidad de urgente, convenios con los institutos Nacional de Psiquiatría y el Nacional de Neurología y Neurocirugía, para brindar una mejor atención médica que les permita desarrollarse de una forma normal.
En el caso específico de las mujeres que realmente presenten algún trastorno, se debería aplicar un tratamiento acorde al grado de daño psicológico que presente. No obstante, también se tiene que entender que, la cárcel o retenerlos en aislamiento total, no es un método eficiente para ‘curarlos’, sino que en estas circunstancias, expertos en la materia debieran tener la última palabra en cuanto a las medidas de seguridad que se deberán tomar hacia las internas más allá de la sanción establecida en los códigos penales.
Además, señaló, que las mujeres cuentan con espacios y medicamentos adecuados para su tratamiento; “la UNAM trabaja continuamente con las internas en reclusión, sin embargo, es importante contar con un diagnóstico emitido por un organismo oficial de salud mental, como el Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía y el Instituto Nacional de Psiquiatría”.
En tanto, Rojas Martínez destacó que “ser mujer y estar en reclusión equivale a doble discriminación”, por lo que urge establecer convenios y planes de estudios con otras instituciones de salud y educación para lograr la reinserción social de las mujeres en reclusión.
Como parte de este debate en cuanto a las acciones que se deben impulsar, tendrá como primer obstáculo a vencer, las percepciones sociales negativas sobre esta discapacidad que se encuentran enraizadas en los sistemas de justicia penal. Sin embargo, es forzoso y urgente pensar en alternativas que garanticen el respeto de los derechos humanos de estas mujeres.
Con información de: MVS