Alejandro Díaz de León, gobernador de Banxico indicó que en cualquier escenario electoral se mantiene el pronóstico de crecimiento.
Regeneración, 31 de mayo de 2018.- Pese a las múltiples expresiones de alarma entre el sector empresarial por el probable arribo de Andrés Manuel López Obrador a la Presidencia de México, el gobernador del Banco de México (Banxico), muestra una calma e incluso, prevé mayor crecimiento al esperado para este año.
Alejandro Díaz de León, gobernador de Banxico, indicó que si bien existen riesgos para la economía mexicana, la institución financiera conserva los pronósticos de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) mexicano, e incuso, podría crecer debido a los resultados de la economía en el primer trimestre del año.
Para Díaz de León, consideró como riesgos no llegar a un acuerdo para la reactivación del TLCAN, o su total cancelación, lo que podría dar paso a aranceles en las importaciones de autos, y al aumento de la inflación.
El banco central mexicano no es el único que se muestra optimista. Por la mañana de este miércoles, la OCDE también reveló la posibilidad de un mejor crecimiento para la economía de México y ahora el grupo financiero Nomura, también revela que persiste confianza entre los inversionistas internacionales.
En un sondeo hecho por el banco japonés, se muestra que entre los 109 participantes del mercado, incluidos fondos de cobertura, fondos de pensiones, inversiones a largo plazo y otros inversores de México, Latinoamérica, Estados Unidos y Europa, consideran comprar activos una vez que haya ganado AMLO.
Estos resultados, confirman la constante explicación de por qué el peso no ha sufrido los impactos del avance de AMLO en los sondeos, apuntando a que habría mesura en el mercado. Efectivamente, en el sondeo se ve que el 34% de los inversionistas afirman que esperarían a realizar alguna acción. Solo el 18% habla de vender, mientras que el 52% afirma que compraría activos mexicanos infravalorados.
Tampoco se contempla el colapso del peso por su eventual triunfo, sino todo lo contrario.
Hasta el momento, no hay razones para pensar en el catastrófico escenario que plantean los empresarios mexicanos.
Vía La Política Online