Bioculturalidad: Indígenas, ambiente y gobierno de AMLO

Pueblos indígenas son los actores más importantes en la conservación de la naturaleza con ellos deben planearse y manejarse las áreas naturales

Foto: Astromonos.org

Por Pablo Alarcón-Cháires

Regeneración, 13 de agosto del 2018. En diferentes puntos del programa ambiental (NaturAMLO) de Andrés Manuel López Obrador, se hace referencia a la bioculturalidad que refiere a la relación entre cultura y diversidad biológica, un vínculo de carácter complejo que dimensiona un proceso coevolutivo de dependencias y tensiones.

Los pueblos originarios y tradicionales dan cuenta de esta correlación que podemos encontrar ejemplificada en todo el mundo, un tema de interés para la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (CONANP) del próximo gobierno.

Según el Fondo Mundial para la Vida Silvestre (WWF por sus siglas en inglés), el 80% de las 233 eco- regiones biológicas terrestres, acuáticas y marinas del mundo están habitadas por uno o más pueblos indígenas.

Además, el 85% de las áreas naturales protegidas (ANP) a escala mundial tienen poblaciones indígenas en su interior.

Recientemente, S.T. Garnett y colaboradores han señalado que el 20% de dichos pueblos están dentro de alguna ANP, abarcando al menos el 40% de ellas y su representa el 37% de todas los ecosistemas terrestres naturales existentes.

La mayoría del territorio manejado y/o propiedad de los pueblos originarios, presentan baja intensidad de uso de tierra y poseen el 65,7% de los territorios más remotos y menos habitados.

Esto significa, de acuerdo con dichos autores, que los pueblos originarios actualmente manejan o tienen derechos sobre muchos de los lugares intactos y muy escasamente poblados.

Para el caso de México, se calcula que:

-El 80% de la población indígena se encuentra asentada en las superficies mejor conservadas del país;

-El 26.2% de las áreas protegidas se encuentran dentro de territorios indígenas;

-De las 925 especies animales registradas en categorías de conservación especial según los estándares de la UICN (en peligro de extinción, amenazadas, con protección especial o raras), 620 están en territorios indígenas, lo que significa que casi dos terceras partes viven y son protegidas dentro de territorios indígenas.

Ejidos y comunidades poseen la mitad del territorio nacional (más de 103 millones de hectáreas) y la mitad de estos núcleos agrarios se encuentran en los diez estados con los mayores valores de biodiversidad (Oaxaca, Chiapas, Veracruz, Guerrero, Michoacán y otros).

Además, poseen el 80% de bosques y selvas del país.

Dichos núcleos agrarios (más de 30 mil) representan casi el 75% del total de unidades productivas rurales del país.

E. Boege, ha señalado que existe una superposición de los territorios indígenas en 60 de las 150 áreas recomendadas para su conservación.

Estos territorios incluyen 28 millones de hectáreas que se sobreponen 22 sitios relevantes bioculturalmente.

Boege refiere que en esos territorios indígenas se encuentra la mitad de la flora de México (unas 15,000 especies), y se captura el 23% del agua que se precipita a escala nacional, contiene la mayor parte de los bosques y selvas existentes y se traslapan con 52 áreas naturales protegidas (más de 2 millones de hectáreas).

Los pueblos indígenas son los actores más importantes en el trabajo de conservación de la naturaleza con quienes deben planearse, establecerse y manejarse las áreas naturales protegidas, considerando que estos espacios pueden ayudar a preservar la cultura, a la vez que se protege la biodiversidad. Los tomadores de decisiones deben ser cada vez más conscientes de que la conservación debe efectuarse bajo consenso con los pueblos originarios y tradicionales, ya que violentar sus derechos exacerba la pobreza y puede amenazar la preservación de una cultura como ocurre, por ejemplo, con el pueblo cucapá y la Reserva del Alto Golfo de California y Delta del Río Colorado, en Baja California. Innumerables instituciones de gestión indígena han demostrado ser notablemente persistentes y resilientes, lo que sugiere que tales formas de gobernanza pueden configurar relaciones sostenibles entre la sociedad y el paisaje en muchos lugares, algo que la CONANP debe considerar, como se ha especificado en documento Bioculturalidad: Marco teórico para la gestión de políticas públicas pertinentes en las Áreas Naturales Protegidas de México, 2018-2024 entregado a la futura Secretaria de Medio Ambiente y Recursos Naturales, del próximo gobierno federal, Josefa González Ortiz Mena, quien acorde al espíritu republicano y basado en la participación ciudadana del próximo gobierno, recibió sensiblemente la propuesta.