Bolivia: revés para Evo Morales

Bolivia dijo no a Evo Morales para la reelección, que lo mantendría en el cargo hasta 2025.

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Regeneración 22 de febrero del 2016.- Según los resultados preliminares del referendo realizado en Bolivia ayer, ganaría por un ligero margen el no a una propuesta de modificación constitucional que permitiría al Presidente Evo Morales presentarse para una nueva reelección y, de ganar, permanecer en el cargo hasta 2025.

Sin llegar a ser una derrota como la ocurrida en Argentina o la pérdida del Poder Legislativo en Venezuela, el rechazo de los electores a permitir un nuevo periodo presidencial, constituiría el tercer golpe al hilo a los gobiernos progresistas que surgieron en América del Sur durante las décadas pasada y antepasada. Y para Morales y su partido, Movimiento al Socialismo (MAS), representa el primer fracaso electoral en una década de gobierno.

Los resultados de este fin de semana, no significa, sin embargo que el partido en el poder podría perder las elecciones previstas para el 2019 con un candidato distinto al actual mandatario.

Por otro lado, el rechazo actual a la reelección, no interfiere con su actual desempeño como jefe de Estado, ni le implicaría una pérdida de poder, pero debería ser un llamado de alerta al desgaste del poder y el debilitamiento entre los electores y la Presidencia.

La reelección y la permanencia prolongada en el cargo presidencial han sido un rasgo común de los gobiernos referidos. Hugo Chávez ejerció la presidencia desde 1999 hasta su muerte (13 años); Néstor Kirchner y su esposa, Cristina Fernández, sumaron más de 12 años en sucesivos mandatos (de 2003 a 2015) y Rafael Correa cumplirá en 2017 una década en la jefatura de Estado de Ecuador.

Sin embargo, la reelección no es un tema satanizable en otros contextos fuera de México, por ejemplo en Estados Unidos es frecuente que los mandatarios permanezcan ocho años en el cargo. En Francia, Fraçois Miterrand fue presidente durante 14 años; mientras que en España Felipe González pasó 13 años en el cargo.

Con esos antecedentes, resultan fariseas e insustanciales las acusaciones en contra de los sudamericanos a los que gobiernos y medios occidentales tildan de autoritarios por mantenerse en el cargo presidencial durante periodos similares.

Sin embargo, debe reconocerse que una de las debilidades de los proyectos con sentido social y soberano que se han desarrollado en Sudamérica ha sido su carácter fuertemente personalista y, por ende, su debilidad a la hora de renovar los más altos cargos del Estado.

Vía La Jornada