‘Calderón y otros iban a un acto político de provocación’, responde Cuba

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Cuba subraya que “al espectáculo asistirían algunos personajes derechistas miembros dela  Iniciativa Democrática para España y las Américas, agresor contra los países con gobiernos progresistas en América Latina y el Caribe”.

Regeneración, 23 febrero 2017.- El gobierno de Cuba justificó su decisión de negar el ingreso de tres personajes de la política, ya que consideró que se trataba de una “grave provocación internacional”.

El día de ayer, el Ministerio cubano de Relaciones Exteriores (Minrex), a través de un comunicado en su página web, respondió así a la polémica surgida después de que la isla negara ayer la entrada al secretario general de la OEA, Luis Almagro, al expresidente mexicano Felipe Calderón y a la ex ministra chilena Mariana Aylwin.

Los tres tenían previsto estar en La Habana para la entrega de un premio concedido por la Red Latinoamericana de Jóvenes por la Democracia, presidida por Rosa María Payá, hija del fallecido disidente cubano Oswaldo Payá.

En una extensa nota, la Cancillería cubana tacha ese acto de “abierta y grave provocación contra el gobierno cubano” con el fin de “generar inestabilidad interna, dañar la imagen internacional del país y afectar la buena marcha de las relaciones diplomáticas de Cuba con otros Estados”.

Considera que este acto era un subterfugio “inventado por un grupúsculo ilegal anticubano, que opera en contubernio con la ultraderechista Fundación para la Democracia Panamericana (…) para canalizar esfuerzos y recursos contra gobiernos legítimos e independientes” en la región.

La nota subraya que “al espectáculo asistirían Almagro y algunos otros personajes derechistas que integran la llamada Iniciativa Democrática para España y las Américas (IDEA)”, que también “ha actuado de forma agresiva en los últimos años” contra Venezuela y otros países con gobiernos progresistas y de izquierda en América Latina y el Caribe”.

También acusa de apoyar este acto a “organizaciones con abultadas credenciales anticubanas” como el Centro Democracia y Comunidad, el Centro de Estudios y Gestión para el Desarrollo de América Latina y el Instituto Interamericano para la Democracia, de los que afirma que están vinculados a la Fundación Nacional para la Democracia de Estados Unidos.

Cuba afirma, que ese organismo “recibe fondos del gobierno de ese EU para implementar sus programas subversivos contra Cuba”.

Al conocer de estos planes y haciendo valer las leyes que sustentan la soberanía de la nación, el gobierno cubano decidió negar el ingreso al territorio nacional a ciudadanos extranjeros vinculados con los hechos descritos”, señala.

Señala que “en un intachable acto de transparencia y de apego a los principios que rigen las relaciones diplomáticas entre los Estados, las autoridades cubanas se pusieron en contacto con los gobiernos de los países desde donde viajarían esas personas e informaron, trataron de disuadir y de prevenir la consumación de esos actos”.

El gobierno cubano también sostiene que no le sorprenden las “declaraciones y actos abiertamente anticubanos” del jefe de la OEA, quien “en muy corto tiempo al frente de esa organización, se ha destacado por generar, sin mandato de algunos de los estados miembros, una ambiciosa agenda de autopromoción con ataques contra gobiernos progresistas como Venezuela, Bolivia y Ecuador”.

Acusa asimismo a Almagro de redoblar “los ataques imperialistas y oligárquicos contra la integración latinoamericana y caribeña y contra la institucionalidad democrática en varios de nuestros países”.

El comunicado menciona el retorno a la pobreza de “millones de latinoamericanos (…) mientras se expanden en el hemisferio ideas aislacionistas y proteccionistas, el deterioro ambiental, las deportaciones, la discriminación religiosa y racial, la inseguridad y la represión brutal”.

Cuestiona, en ese sentido, el “cómplice silencio” de la OEA y sostiene que “hay que ser un trasnochado para intentar venderle a los cubanos ‘los valores y principios del sistema interamericano’ frente a la dura y antidemocrática realidad engendrada por ese mismo sistema”.

Cuba nunca regresará a la OEA”, sentencia la declaración cubana. Tras la expulsión en 1962 del país caribeño de la OEA por su adhesión a los postulados comunistas en plena guerra fría, en los últimos años se había iniciado un tímido acercamiento que tuvo un hito en 2015 cuando Cuba participó por primera vez en una Cumbre de las Américas, junto el resto de países del continente.

El comunicado finaliza así: José Martí alertó que «ni pueblos ni hombres respetan a quien no se hace respetar (…) hombres y pueblos van por este mundo hincando el dedo en la carne ajena a ver si es blanda o si resiste, y hay que poner la carne dura, de modo que eche afuera los dedos atrevidos”.

“En Cuba no olvidamos las lecciones de la historia.”, concluye.

 

Con información de la Embajada de Cuba