Artículo original de Álvaro Delgado para Proceso.
Regeneración, 26 de enero 2016.-Los esposos, socios y cómplices Felipe Calderón y Margarita Zavala han puesto ventilador a la inmundicia del narcotráfico en el Partido Acción Nacional (PAN), pero si a muchos ya salpica, como a Gustavo Madero y a Jorge Villalobos, a ellos los embarra de cuerpo entero.
Si alguien dio protección a Joaquín El Chapo Guzmán y pactó con él fue precisamente Calderón, avalado de principio a fin de su sangrienta guerra sexenal por Margarita Zavala, quien va dejando los ropajes panistas para irse enfundando el atuendo “ciudadano”.
Desde julio del año pasado, un mes después de la derrota que fue suya también, Calderón culpó a Madero, expresidente del PAN, y a Villalobos, su operador político y financiero, de haber postulado en Sinaloa a la diputada Lucero Guadalupe Sánchez López, ligada por el gobierno de Enrique Peña Nieto a El Chapo.
“Quienes hicieron esta inadmisible designación deben rendir cuentas: Gustavo Madero y el diputado por Sinaloa Jorge Villalobos”, acusó directamente Calderón en su cuenta de Twitter, el 21 de julio de 2015.
Y este sábado, luego de otro ostentoso acto de propaganda de su proyecto presidencial, Zavala afirmó que la postulación de la diputada Sánchez López es sólo un ejemplo de cómo el crimen organizado afectó, “desde hace tiempo”, las estructuras del PAN, que debería pedir perdón por haberlo hecho.
“Desde hace tiempo”, subraya la aspirante presidencial, pero debe precisar si desde que su marido estaba al frente del gobierno y, si fue así, por qué no procedió contra esos panistas, y si fue después del sexenio, por qué no lo denunció.
Quizá se refiera a personajes del PAN que han estado en el entorno del propio Calderón, como el senador Francisco García Cabeza de Vaca, el futuro candidato a gobernador de Tamaulipas, o el diputado Ulises Ramírez, jefe de asesores de Juan Camilo Mouriño y acusado de vender la plaza del Estado de México a Guzmán Loera.
Más aún: Calderón y Zavala se han convertido en jueces y han declarado culpable a la diputada Sánchez López, sin especificar los delitos, y cuando ni siquiera la Procuraduría General de la República ha ejercitado acción penal en su contra. ¡Vaya manera de entender el Estado de derecho de este par!
¿Pero no fue Calderón el que no atrapó a Guzmán Loera en todo el sexenio, con todo el poder del Ejército, La Marina y la Policía Federal bajo sus órdenes y toda la parafernalia de su “guerra”? ¿No fue Calderón el que no movió ni un dedo para combatir la narcopolítica, por ejemplo en Sinaloa, como puntualmente lo señaló Manuel Clouthier, a quien hizo castigar por llamarlo “cabrón irresponsable”?
¿No fue Calderón quien, junto con Mouriño, pidió al general retirado Mario Arturo Acosta Chaparro entrevistarse en su nombre con todos los líderes de los cárteles, entre ellos El Chapo Guzmán, para disminuir la violencia? ¿No fue Calderón quien mantuvo a un rufián al frente de la Secretaría de Seguridad Pública, Genaro García Luna, pese a complicidades con los criminales?
¿Tuvo Margarita Zavala por lo menos palabras de consuelo para las víctimas de la violencia, sobre todo para los centenares, miles de muertos, heridos y desplazados inocentes, llamados “daños colaterales” por su marido? ¿Alguna vez pidió perdón esta señora por las violaciones a los derechos humanos de la población que quedaba entre las fuerzas del Estado y criminales?
Calderón y su mujer, socia y cómplice han activado el ventilador ante la porquería del crimen organizado en el PAN, pero aunque se vayan de este partido, del que han vivido toda su vida, están completamente embadurnados…