María de Jesús Patricio Martínez ve un México enfermo. La médico tradicional de origen nahua le diagnostica al país la expansión de un “cáncer” que provoca muerte, que está acabando con los recursos naturales y que empezó con “los que están arriba, que no han querido dejar que la gente hable, diga, se organice”.
Regeneración, 18de junio de 2017.- María de Jesús Patricio Martínez es candidata independiente a la Presidencia de la República. Médica tradicional nahua y vocera del Consejo Nacional Indígena, con el respaldo del Ejército Zapatista de Liberación Nacional, detalla cómo piensa curar a este México que está enfermo, que padece un cáncer que se expande y que fue generado por “los de arriba”, los que no han querido dejar que la gente hable, diga, se organice.
“Han querido imponer desde arriba un proyecto que no da vida, es un proyecto que da muerte, y lo hemos vivido, porque en las comunidades, todo lo que ha llegado de fuera es lo que ha dañado, es lo que está acabando con las aguas, los bosques, las plantas, los habitantes; entonces, yo pienso que, al igual que en las comunidades, en la ciudad está pasando lo mismo”, dice “Marichuy”, como mejor se le conoce.
Por eso, considera, el remedio es la organización colectiva y el escuchar al otro; una práctica que el resto de los mexicanos podría aprender de los pueblos indígenas y con la que, desde abajo, se podría empezar a construir un país más sano.
“Un México donde quepamos todos, que no solamente sea de unos que tienen poder económico, sino que sea de todos los trabajadores, que sea de las comunidades, que nosotros mismos, sobre el mismo caminar, vayamos viendo, analizando ese nuevo México que queremos que surja desde abajo”, dice Patricio en entrevista.
“Marichuy”, como se le conoce, fue elegida el mayo pasado como vocera del Consejo Nacional Indígena que, con el respaldo del Ejército Zapatista de Liberación Nacional, recorrerá el país durante el próximo proceso electoral para elegir Presidente en 2018.
De 53 años, y originaria de la comunidad nahua de Tuxpan, Jalisco, es médico tradicional desde principios de los años 90, cuando pudo curar a su madre de una parálisis para la que ningún especialista había encontrado remedio. Desde entonces, escribió “Marichuy” en una autobiografía, se comprometió “a seguir aprendiendo para evitar la muerte de todas aquellas personas la cura de sus males”. La condición para este aprendizaje, le dijo después una curandera, era no lucrar con su conocimiento porque la luz que la protegía se extinguiría.
Luego irrumpió el Ejército Zapatista de Liberación Nacional, cuyo alzamiento describe como un “sacudir” de México y por el que, en 1995, en su primera participación en el foro nacional indígena, supo que los problemas de su comunidad eran compartidos por miles en otras comunidades indígenas en el país.
Con información de: El Universal