Dos millones de catalanes votaron por la independencia, a pesar de la prohibición del Tribunal Constitucional español de hacer la consulta soberanista; participó 40% de los ciudadanos; 80% optó por apoyar un Estado libre y soberano
Regeneración, 10 de noviembre de 2014. En una “histórica jornada cívica”, más de dos millones de catalanes se pronunciaron por la independencia de España en una consulta ciudadana que fue prohibida por el Tribunal Constitucional.
La consulta fue organizada con voluntarios y participaron más de 2 millones 300 mil catalanes que acudieron a las urnas este domingo 9 de noviembre.
Según los datos provisionales, con 84.44 por ciento de las mesas escrutadas, un millón 649 mil 239 personas (80.72 por ciento) votó sí a la independencia de España, mientras 4.5 por ciento, que se tradujo en 92 mil 929 votos, lo hizo por el no. En tanto, 10.11 por ciento (206 mil 599 optó por el sí-no, o sea que contestó sí a que Cataluña sea un Estado y no a que sea independiente.
El presidente de Cataluña, Artur Mas, calificó la consulta de “éxito total” y acusó al gobierno central de Madrid de “miopía”, “intolerancia” y “coaccionar” hasta el último momento. “Que nadie lo olvide, especialmente el gobierno español; Cataluña, una vez más ha demostrado que quiere gobernarse a sí misma”, apuntó, y se responsabilizó, con su gobierno, de llevar adelante esta consulta no vinculante.
“Nos hemos ganado el derecho a un referendo definitivo”, señaló Mas luego de depositar su voto frente a decenas de personas que lo vitoreaban y le agradecían por impulsar esta iniciativa.
Cataluña tiene una población adulta de seis millones y en el proceso de este domingo votó 35 por ciento del padrón electoral. En elecciones oficiales suele votar cerca de 60 por ciento del padrón, unos tres millones 500 mil personas.
Sin embargo, para los organizadores de la consulta, el resultado fue un “éxito total”, al tratarse de un proceso prohibido por el gobierno central de Madrid y los tribunales españoles, y por el que no se pudo hacer campaña oficial, además de que al no ser una consulta o referendo vinculante, provocó menos participación ciudadana.
Los votantes respondieron a las siguientes preguntas: “¿Quiere que Cataluña sea un Estado?, y dos casillas, una para marcar el sí y otra para no. Debajo del sí figura la segunda pregunta: “En caso afirmativo, ¿quiere que este Estado sea independiente?” En función de estas dos preguntas, 80.7 apoyó el sí-sí; el 4.5 votó por el no y el 10.1 lo hizo por el sí-no.
El presidente Mas intentará retomar el diálogo con Madrid para que la sociedad catalana pueda votar con todas las garantías sobre su independencia.
Más subrayó que la independencia y la posibilidad de elegir su futuro de forma libre y autónoma “es una bella aspiración de nuestro país por la que hemos luchado durante siglos, que es compatible con la construcción de una Europa más fuerte y más unida. Queremos decidir y votar nuestro futuro político. Somos adultos para hacerlo y esta participación refuerza nuestra exigencia de este derecho”.
Puso como ejemplo lo ocurrido en Escocia en septiembre pasado y en Quebec en 1995, que votaron sendos referendos sobre su independencia en acuerdo con Reino Unido y Canadá, respectivamente. “Queremos decidir nuestro futuro en paz, pacíficamente y nunca en contra de nadie. A favor de nosotros. Así que lamento las reacciones de Madrid de alta miopía política y de intolerancia”.
A lo largo de día, en todos los colegios electorales –la mayoría situados en recintos públicos– se formaron largas filas de gente que acudió a votar a pesar de la lluvia y el intenso frío, en un ámbito festivo y aplaudiendo en muchos casos cuando la gente salía de votar.
La “suspensión cautelar” por el Tribunal Constitucional hizo que fuera imposible que se movilizara a los funcionarios públicos, con lo que el trabajo de coordinación y ejecución de la consulta recayó en los 40 mil voluntarios, muchos de los colectivos que pugnan por la independencia de Cataluña.
Desde Madrid, el ministro de Justicia, Rafael Catalá, señaló que la consulta fue un “simulacro inútil y estéril que carece de cualquier tipo de validez democrática y que sólo ha servido para exacerbar” la división entre los catalanes y tensar las relaciones políticas”.
Acusó a Mas de llevar a cabo esta iniciativa para “ocultar su fracaso”, al tiempo que lo amenazó al sostener que está reuniendo datos para “ver si existen responsabilidades penales y actuar en los próximos días”.
Desde la Asamblea Nacional Catalana (ANC, organización civil), su presidenta Carme Forcadell, respondió: “Hoy hemos demostrado que la justicia española no tiene más que amenazas y coacciones mientras desde Cataluña luchamos por la democracia y la libertad. Aquí y ahora, todos juntos, emprendamos el camino por la libertad”.
Aseveró: “aquí y ahora hacemos un homenaje a todos los patriotas que han luchado por los derechos y libertades de este país y que ahora nosotros hemos recogido la antorcha. Y nada nos detendrá hasta la victoria final y conseguir una Cataluña independiente. No seremos más súbditos, a partir de ahora seremos un pueblo libre”.
(Con información de Armando Tejeda, La Jornada)