Dora Carreón, la investigadora del Centro de Geociencias, detalló que la explotación de los pozos subterráneos para abastecer a la ciudad es la causa principal del proceso de agrietamiento, que se aceleró con el sismo.
Regeneración, 8 de noviembre de 2017.- Capitalinos se acostumbran a vivir en con las grietas que dejó el sismo hace 49 días, las autoridades aún no plantean como serán atendidas.
En 15 delegaciones, fallas geológicas y grietas en el subsuelo han pasado de ser un fenómeno invisible a una realidad cotidiana entre los habitantes.
El investigador del Centro de Geociencias de la UNAM, Adrián Ortega, quien esta a cargo del estudio de las grietas que se formaron en el oriente de la ciudad, informó que se realizaron estudios sobre el comportamiento de las grietas y así las ubicó en información disponible en los Atlas de Peligros de Ciudad de México y Nacional de Riesgos, de acuerdo con Reforma.
«Corresponde a las autoridades tomar las medidas necesarias para controlar ese riesgo», indicó el investigador.
Luego de su contribución para crear el Centro de Evaluación de Riesgos Geológicos de Iztapalapa, la jefatura delegacional de Dione Anguiano, determinó cancelar la relación con los investigadores.
“Eran estudios inacabados”, dijo la jefa delegacional.
Por su parte Miguel Ángel Mancera cuestionó también el Mapa de Fracturas presentado en octubre por el Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred) y el Centro de Geociencias, por omitir la participación de las autoridades locales.
Dora Carreón, investigadora del Centro de Geociencias, detalló que la explotación de los pozos subterráneos para abastecer a la ciudad es la causa principal del proceso de agrietamiento, que se aceleró con el sismo.
“Esta investigación fue hecha para la metrópoli y no sólo para un grupo reducido de personas, lo ideal es que la información sea aprovechada como base para definir cualquier plan de desarrollo urbano encaminado a implementar sistemas de monitoreo y prevención, así como medidas de mitigación adecuadas para cada tipo de fracturamiento», comentó Carreón.
Desde el sismo del 19 de septiembre, las grietas se expandieron, pero ya no las monitorean, ni les han dado seguimiento. La magnitud actual del fracturamiento no está ni siquiera estimada.