CDMX respira partículas de heces, polen, humo y piel muerta

Las partículas pueden quedarse en los pulmones o disolverse al torrente sanguíneo, convirtiéndose en uno de los contaminantes del aire más dañinos.

Regeneración, 24 de enero de 2018.- Los habitantes de la Ciudad de México respiran partículas que provienen del humo de los camiones y las fábricas, incendios, el polen de plantas, de las esporas de los hongos, de la piel que se desprende de cuerpo, o de las heces fecales, óxidos y metales, hecho que puede afectar su salud.

Y es que las partículas pueden quedarse en los pulmones por mucho tiempo y también disolverse al torrente sanguíneo, convirtiéndose en uno de los contaminantes del aire más dañinos.

De acuerdo con el Sistema de Monitoreo Atmosférico, las partículas suspendidas son cualquier material sólido o líquido que tiene la capacidad de mantener en suspensión en el aire y que tienen un tamaño entre algunas fracciones de milímetro hasta millonésimas de milímetro (nanómetros).

Cuando se mide la contaminación del aire se habla de partículas menores a los 10 micrómetros (PM10), son tan pequeñas que cabrían más de cinco en el grosor de un cabello y aún las hay más chicas de 2.5 micrómetros (PM2.5), de las cuales habría al menos 20 en el mismo cabello.

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También son de formas diferentes. Hay esféricas, cúbicas, fibrosas, escamosas, irregulares y pueden ser liquidas o sólidas.

Las sustancias siempre están presentes en el ambiente, pero es cuando se incrementan que pueden ocasionar daños a la salud.  El escape de los automóviles, la quema de diésel, las tolvaneras durante la temporada seca del año y las construcciones son las principales fuentes de partículas en la CDMX.

Entre noviembre y febrero, con la falta de lluvia, cielo despejados y disminución de la temperatura, así como el incremento de la urbe, ocasionan que estas partículas aumenten.

Por ello a ese periodo se le conoce como la temporada de contaminación por partículas, debido al notable incremento en la concentración de este contaminante, principalmente entre las 5:00 y 12:00 horas de la mañana.

Todos los días una persona respira entre cinco y ocho litros de aire por minuto, cuando inhala se aspira cualquier partícula que este flotando en el ambiente y entra al sistema respiratorio, por ello, para proteger su salud en esta temporada es importante que disminuya la exposición a este contaminante durante las horas de máxima concentración.

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El Sistema de Monitoreo Atmosférico destacó la importancia de consultar el estado de la calidad del aire antes de realizar ejercicio o actividades en exteriores. Además, recomendó poner más atención a la salud de niños y adultos mayores pues podrían presentar molestias a concentraciones menores del contaminante.

 

 

 

Con información de Animal Político