«La comprensión de que la vida es absurda no puede ser un fin, sino un comienzo»: Albert Camus
En twitter una notable cantidad de usuarios citaron al escritor francés de tal manera que colocaron su nombre como tema tendencia
Regeneración, 13 de noviembre de 2013. El día de hoy se cumplen cien años del nacimiento de Albert Camus, reconocido pensador y escritor francés anarquista nacido en 1913.
En la red social twitter cientos de usuarios citaron al escritor francés de tal manera que colocaron su nombre como tema tendencia.
Camus escribió para publicaciones anarquistas, fue articulista de «Le Libertaire», «Le révolution proletarienne» y «Solidaridad Obrera» entre otros. De joven fundó una compañía de teatro amateur, para presentar obras a trabajadores. Durante su carrera apoyó el anarquismo y el levantamiento de trabajadores en Polonia y Hungría y fue miembro de la Fédération Anarchiste.
Sensibilidad absurda
Albert Camus es reconocido por su obra escrita y considerado uno de los pensadores más importantes del siglo XX. Entre sus obras se destacan: ‘El extranjero’, ‘La peste’, ‘El mito de Sísifo’, entre otras. Su literatura refleja la filosofía del absurdo, que explora a profundidad en su ensayo «El hombre rebelde».
La mitología griega cuenta que un hombre que se ve obligado por los dioses como castigo, a empujar una pesada roca hasta la cima de una montaña que luego cae y así, una y otra vez por el resto de la eternidad; El mito de Sísifo es, según él mismo, la alegoría definitiva del absurdo.
Para Camus la noción de la «sensibilidad absurda», aquella que posee el ser consciente de la completa inutilidad de la vida y ante su incomprensión del mundo, se mantiene «empujando la piedra»
Aceptar el absurdo y la confrontación como única respuesta aceptable a la interrogante humana sobre el sentido de la vida, por encima del «salto de fe» que exigen las religiones y el existencialismo mismo.
La eterna confrontación pensaba, es justamente lo que daría sentido a la vida. El hombre rebelde será, por lo tanto, aquel que ante la inexistencia de un significado «supremo» de la vida humana, ejerza su libertad para moldear su vida, construyendo su propio porvenir.
El existencialismo de Camus rechaza la pasividad del nihilismo absoluto. «Si nuestro tiempo admite con facilidad que el asesinato tiene sus justificaciones, es a causa de esa indiferencia por la vida que caracteriza al nihilismo», escribió en ‘El hombre rebelde’.
«La conclusión última del razonamiento absurdo es, en efecto, el rechazo del suicidio y el mantenimiento de esa confrontación desesperada entre la interrogación humana y el silencio del mundo. El suicidio significaría el fin de esa confrontación y el razonamiento absurdo considera que no podría aprobarlo sino negando sus propias premisas. Semejante conclusión, según él, sería huida o liberación. Pero es claro que, al mismo tiempo, ese razonamiento admite la vida como el único bien necesario, pues permite precisamente esa confrontación y sin ella la apuesta absurda no tendría apoyo. Para decir que la vida es absurda la conciencia necesita estar viva ¿Cómo, sin una notable concesión al gusto del bienestar, se puede conservar para sí mismo el beneficio exclusivo de semejante razonamiento? Desde el instante en que este bien se reconoce como tal, es el de todos los hombres.»