Celebran Día Nacional del Maíz

El 29 de septiembre es un día de fiesta para los pueblos de México; es la fecha en que comienzan las cosechas. Es el tiempo en que los campesinos comparten y celebran los alimentos y los bienes que cultivan. Este día en muchas regiones del país se reivindicó al grano que dio origen a la cultura de Mesoamérica y se protestó contra los transgénicos

 

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Regeneración, 29 de septiembre de 2014. En estas fechas miles de campesinos cosechan sus elotes y sus milpas y celebran los frutos de la tierra. Por eso, decenas de organizaciones sociales y productivas de la “Campaña Sin Maíz no hay País” eligieron esta fecha para celebrar el Día Nacional del Maíz.

En diversas entidades del país muchas organizaciones sociales, campesinas e indígenas celebraron el Día del Maíz con marchas, asambleas, foros, actos ceremoniales, ferias de intercambio de alimentos, conferencias y actos culturales. De esta manera, “se exige al Estado mexicano que respete los modelos de producción campesina de alimentos, que respete el maíz nativo, y que cese los permisos para la siembra de maíz transgénicos”.

Por sexto año consecutivo se llevan a cabo las celebraciones y protestas: “Sabemos que vivimos los tiempos del despojo, en que la propuesta neoliberal de arrasar con nuestros territorios. Solo juntas y juntos podemos revertir este sistema de muerte y deshumanización”, señalaron las organizaciones en la declaración conjunta.

“Convocamos a unir esfuerzos a favor de la producción campesina de alimentos. A celebrar por sexto año ininterrumpido, a nuestro maíz, nuestra milpa, nuestros territorios, y sobretodo a las mujeres y hombres, indígenas y campesinos”.

En el Zócalo de la Ciudad de México, la Campaña Nacional Sin maíz no hay país y el Carnaval del Maíz colocaron una cruz elaborada con la planta de pericón frente a Palacio Nacional para “proteger” al maíz y al pueblo mexicano de las malas decisiones del gobierno, en el marco de las Jornadas Nacionales En Defensa de la Tierra, el Agua y la Vida.

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Con esta celebración, llamamos a poner a México en nuestras bocas, a sembrar paz, y defender nuestros derechos, en especial el derecho humano a una alimentación, sana, suficiente, adecuada y de calidad.

Exigimos también el cese del despojo, y denunciamos los intentos para perpetuar y legalizar la lógica extractivista y mercantilista del actual sistema imperante en nuestro país: los de arriba quieren que todo se convierta en mercancía, hasta la vida misma.

“Los tiempos del actual gobierno, son tiempos de violencia, despojo y pillaje contra los pueblos de México y contra sus bienes comunes. La prueba de ello, son las recientes reformas estructurales impulsadas por el actual régimen. Pretenden “mover” a México, pero realidad quieren despojarlo, venderlo y pauperizarlo hasta llegar a un paisaje de tierra arrasada sembrado con violencia.

“Asimismo, encarcelan a las voces disidentes del pueblo por defender sus tierras, sus campos, el agua y la vida. Por ello es que hoy clausuramos simbólicamente al Palacio Nacional, con la flor de pericón, como se hace en varias regiones que adornan las milpas con cruces de esta flor para proteger la cosecha. Así se acostumbra por ejemplo, en la región centro-Montaña de Guerrero para ahuyentar al Mayantle, que es el hambre o hambruna causada por la pérdida de cosecha.

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“El despojo de tierras que están realizando en Atenco da cuenta de la política devastadora que pretende arrebatar la tierra, en este caso, para construir un aeropuerto sobre terrenos de cultivo que rodean la ciudad de México y sobre una área que es un vaso regulador de la Cuenca, que hace poco tiempo fue lago. Expertos han señalado la inviabilidad de la construcción de un aeropuerto en tierras que se hunden y se anegan.

“Desde el arribo a la Presidencia del ‘nuevo gobierno’, hemos atestiguado la cadena interminable de tropelías y descaradas legalizaciones de la violencia, del enriquecimiento de unos cuantos, del favorecimiento a grandes empresas transnacionales que buscan la ganancia sin importar los costos al medio ambiente, y la amenaza sobre los bienes comunes.

“Para nuestra alegría y júbilo, y frente a esta violencia del régimen, la confluencia de luchas, organizaciones, y movimientos sociales es cada vez más grande. Fluye entre las personas, comunidades y colectivos la decidida intención de defenderse: ‘Si los poderosos vienen por todo, entonces nos defenderemos todas y todos’.

“La solidaridad, la esperanza y la organización social se palpan en las cientos de experiencias de defensa de los territorios en nuestro país, y en toda América Latina. Ahora que pretenden legalizar y accionar la ocupación de nuestras tierras, y quieren sustituir la producción de alimentos campesinos por producción de energéticos, los pueblos se convierten en el epicentro de las defensas y las alternativas. Son los pueblos y comunidades de México, como siempre lo han sido, los protagonistas de la transformación que necesitamos en medio de una evidente crisis de civilización.

“Para muchas personas que estamos aquí reunidas, la defensa del maíz, de la milpa, de nuestros territorios significa un arduo esfuerzo, pero sobre todo el verdadero movimiento que México necesita, que nos acarrea vida, justicia y una buena alimentación, nutrición y salud. Si las empresas pretenden mercantilizarnos, nosotros buscaremos compartir en el trabajo colectivo; reapropiándonos de nuestros territorios y respetando a la madre tierra. Frente a la ocupación de la tierra, la privatización del agua, la imposición de alimentos industrializados, insuficientes y de mala calidad, y la violencia estructural, urge la organización y autogestión. Nuestras autonomías son posibles, aún en medio de la debacle. Nuestras luchas son necesarias y apremia ampliarlas, expandirlas, compartirlas y celebrarlas.

“La defensa del maíz es motivo suficiente para que nos demos cita hoy. La importancia de este grano, radica en el sentido vital y organizativo que le da a los pueblos y a sus tierras. Si nos despojan de nuestro maíz, nos despojan de nuestra historia, nuestra identidad, nuestra cultura y de nuestros bienes bioculturales y alimenticios. El mal gobierno junto a grandes transnacionales quieren privatizar las semillas, quieren “transgenizar” la vida del campo. Como estrategia, poco a poco nos enferman, nos mal alimentan y nos reducen a meros autómatas que sólo responden al mercado capitalista. ¡Eso quieren, pero no lo permitiremos!

“La defensa del maíz, de la milpa, de la tierra y el agua significa defender una forma de producir alimentos que descansa en manos campesinas y de articular acciones que reviertan la violencia a la que nos someten a todos. Monsanto y demás empresas transnacionales se han percatado de la fuerza de la organización social, como una muestra es la Acción Colectiva contra el Maíz Transgénico, que posibilitó detener las siembras de maíz genéticamente modificado. Es necesario denunciar que en medio de esto, el Estado mexicano falta a sus obligaciones de proteger y garantizar los derechos de todas personas que habitamos o transitamos por el país: el mal gobierno defiende a las empresas y olvida a las personas y pueblos que son los verdaderos titulares de los derechos a gozar de un medio ambiente sano, a una buena alimentación y a conservar los bienes comunes que nos brinda el maíz, su diversidad biológica y sus componentes culturales, alimenticios y nutrimentales esenciales para la vida de toda la población mexicana.

“Defender hoy el maíz es defendernos del despojo. Defender los territorios es decir No a las reformas estructurales de muerte. No a la reforma energética. No al despojo en el Campo. No a la privatización del agua. Sí a la vida”.