Entre 15 jóvenes cooperaron para comprarle la mochila a Salvador, originario de El Coire y el primero de su familia en estudiar una licenciatura.
Regeneración, 4 de octubre de 2017.- Originario de El Coire, una comunidad de 385 habitantes en el sur de Michoacán, Salvador Martínez, de 19 años llegó a Morelia para estudiar.
Actualmente está cursando su primer año de Derecho en la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo y, a diferencia de sus compañeros, Chava, como le llaman, no contaba con una mochila para llevar sus libros y libretas.
En entrevista con Verne, su compañera Zahorí Pineda dijo que notaron que “no llevaba una incluso cuando llovía o cuando salíamos muy noche de clase”.
“Yo les propuse (al resto de los estudiantes) que juntáramos dinero para comprarle una mochila y lo sorprendiéramos”.
El plan se cumplió cuando el 19 de septiembre, que por fortuna el sismo no afectó a Michoacán, los compañeros dejaran la mochila en la banca de Chava para que la descubriera a su llegada.
Entre 15 jóvenes lograron recabar el monto para comprar la mochila y escribieron: “De parte de tus compañeros de la sección 18, te regalamos esta mochila, esperamos sea de tu agrado”.
Al llegar al salón, Chava no supo que decir, se conmovió y soltó algunas lágrimas.
Unidos todo se puede 💕 #parte2 pic.twitter.com/8ieUhVotZF
— zahoriquido (@ZahoriPinedaM) September 23, 2017
También en entrevista con Verne, dijo “en ese momento sentí mucho gusto, cuando dijeron que me la regalaban de todo corazón”.
Unidos todo se puede 💕#parte1 pic.twitter.com/IzFPG1nX7e
— zahoriquido (@ZahoriPinedaM) September 23, 2017
Salvador es el primero de su familia en estudiar una licenciatura, en El Coire vivía con sus padres y seis hermanos más.
“Aunque haga falta dinero, yo decidí hacer el esfuerzo de seguir estudiando”, dijo.
Además, contó que uno de sus maestros en la comunidad lo motivó a acudir a la universidad.
“Por él tomé interés y dije, me voy para Morelia, aunque tenga que sufrir.”
Durante la semana, Martínez trabaja como mesero para cubrir los gastos de vivienda y su familia le ayuda económicamente “con lo que puede”.
La mochila no estaba dentro de sus posibilidades, pero sus ganas de estudiar nunca lo dejaron rendirse ante las carencias.
“Una semana antes, mis compañeros me preguntaron que si quería una y les dije que sí, pero no sabía que la iban a comprar, me sorprendieron”.
Con información de Verne