Cómo combatir el mal aliento con la ciencia

Elena Sanz | @ElenaSanz_ 

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Sulfuro de hidrógeno que huele a huevos podridos, putrescina propia del aroma de la carne en mal estado y cadaverina maloliente característica del hedor de un cadáver en descomposición. Estas son algunas de las desagradables moléculas volátiles que generan las bacterias que viven en la boca humana, causantes del mal aliento o halitosis, que afecta a 3 de cada 10 adultos en algún momento de su vida.

Por suerte, la ciencia ha encontrado algunos remedios eficaces que, unidos a una buena higiene bucal, pueden ayudar a evitar que nos apeste el aliento.

Por ejemplo, aunque es habitual recurrir a los chicles de menta para combatir el mal aliento, surtiría el mismo efecto masticar los de eucalipto. Entre otras cosas porque contienen sustancias que reducen la acumulación de compuestos malolientes y de bacterias sobre la lengua, tal y como sacaba la luz un estudio nipón de la Universidad de Osaka.

Mascar un chicle con sabor a canela también puede poner punto y final a los problemas de halitosis. Después de 20 minutos dando vueltas en la boca, este chicle tendría la capacidad de reducir el número de microbios a la mitad. Se debe a que contiene cinamaldehído, el compuesto orgánico responsable del sabor y el olor propios de la canela, que actúa como un eficaz asesino de gérmenes.

Otro interesante aliado si queremos presumir de un aliento fresco es el yogur. Cuando se consume a diario, las bacterias que contiene este derivado lácteo (Streptococcus thermophilus y Lactobacillus bulgaricus) reducen hasta un 80% los componentes causantes del mal olor en la boca, sobre todo el sulfuro de hidrógeno, según un reciente estudio también japonés.

Causas y soluciones

Por su parte, científicos de la Universidad de Tel Aviv han identificado otro inesperado inhibidor del mal aliento: el extracto de café. «Todo el mundo piensa que beber café causa halitosis, y en parte es cierto porque el café deshidrata la boca y, cuando se mezcla con leche, puede favorecer que fermenten sustancias maolientes», asegura Mel Rosenber, coautor del estudio. Sin embargo, esta bebida también contiene sustancias que impiden el crecimiento de las bacterias que causan el mal aliento, reduciendo los compuestos de olor desagradable hasta en un 85%.

Que nuestro aliento eche para atrás puede tener su origen en enfermedades que van desde la diabetes hasta la úlcera estomacal causada por Helicobacter Pylori, pasando por caries, infecciones respiratorias y bronquitis crónicas. Incluso se ha comprobado que existe una conexión directa entre la obesidad y la tendencia a sufrir halitosis.

En todos los casos, además de tratar la enfermedad, resulta muy útil beber un par de tazas diarias de té verde. Estudios recientes apuntan a que se trata del brebaje más efectivo para reducir temporalmente el mal aliento, debido a sus efectos desinfectantes y desodorantes.

Y es que los polifenoles que contiene no sólo reducen las moléculas volátiles malolientes que expulsamos por la boca sino que, además, impiden la putrefacción de la saliva, un proceso que explica por qué al despertar cada mañana el olor de nuestras fauces cause espanto.

Cuando lo que provoca el mal aliento es el consumo de ajo, podemos sustituir el té por un buen vaso de leche. Investigadores de la Universidad de Ohio llegaron a la conclusión de que esta bebida, sobre todo si es entera y se consume a la vez que la comida, reduce la concentración de compuestos volátiles derivados del ajo y ricos en azufre, tanto en la nariz como en la boca.

«Puedes sentir afecto por un asesino… pero no puedes sentir cariño por un hombre cuya boca apesta», escribía hace unas décadas George Orwell en su novela ‘El camino a Wigan Pier’. Con la ciencia de nuestro lado, evitar el evidente impacto que puede tener sufrir halitosis en las relaciones sociales está en nuestras manos.

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