Habitantes de comunidades indígenas y campesinas y decenas de cabeceras municipales en Chiapas se han regido por la Hora de Dios u Horario Normal
Regeneración, 2 de abril de 2017.- Desde su implementación, en 1996, hace 20 años, los habitantes de 20 mil comunidades de Chiapas, no aplican el cambio de horario por considerar que no hay ahorro de energía, mucho menos una disminución en el costo de los recibos que pagan a la CFE.
Los tzotziles, llaman al sol con el nombre de K’in, el día inicia su salida y finaliza cuando se oculta en las montañas del poniente, dice Juan Gallo, un pintor de San Juan Chamula, donde los habitantes de las 160 comunidades nunca han aceptado el Horario de Verano.
Al lado de una cruz, en la explanada del Templo de San Juan Chamula, tienen un reloj de sol tallado en piedra, que es uno de los atractivos turísticos para los visitantes. El reloj de piedra fue referente para los sacristanes de la iglesia quienes tocaban la campana a las 12 del día porque según su tradición es la hora en que descansa el Padre Sol, explica el portal de ES Diario Popular.
Los indígenas y campesinos de las 9 regiones de Chiapas, no han aplicado en Horario de Verano, desde su implementación hace 20 años.
También las localidades medias que son cabeza de algunas regiones, como Frontera Comalapa, Motozintla, Altamirano, entre otros, no hacen caso a la medida.
Las comunidades de acatecos, jacaltecos, mames y chujes de origen guatemalteco que llevan más de 30 años en territorio chiapaneco, tampoco se rigen por el Horario de Verano.
Lo mismo sucede en decenas de escuelas del estado de Chiapas, en donde tampoco se aplica la medida y lo único que se ha pedido a los padres de familias, es correr una hora más el inicio de clases.
En este estado, donde la mayoría de las radios en Frecuencia Modulada, provienen de Guatemala, los locutores deben manejar los dos horarios, el de ese país y el de México.
Comunidades en Oaxaca tampoco acatan el horario de verano
«Yo no tengo reloj, eso es solo para la gente pudiente», explica Gregorio Santos, un campesino de Oaxaca que organiza su día de acuerdo con la posición del sol en el cielo.
«El astro rey sale por el oriente y se oculta por el poniente. Cuando apenas se asoma se escucha el puntual cantar de los gallos: es la hora del trabajo», dice.
En Oaxaca muchos ayuntamientos se rigen por el sistema de usos y costumbres o normas comunitarias, y descartan el Horario de Verano, indica una investigación de Milenio.
El profesor de primaria, Edmundo López, explica que en las zonas rurales «no podemos obligar a nadie adelantar sus tiempos, pues el reloj que da el tiempo a los lugareños es el biológico».
La autoridad municipal defiende que «la postura de su gente no refleja una rebeldía, sino un respeto a sus propios derechos, mismos que no tienen que ver con los que deciden los de arriba, porque nuestra fuerza es la voluntad del pueblo».