“Desde mi primer contacto con el Instituto Politécnico Nacional me cautivó la nobleza de espíritu de sus alumnos y desde entonces hasta la fecha he dejado mi corazón en cada clase que he impartido”, refirió
Información de Milenio
12 de abril de 2015.-Su avanzada edad no es un impedimento para que todas las mañanas asista puntualmente a la escuela y cumpla de manera excelente con su labor como decano, así es Manuel Rodríguez Alanís, maestro decano del Centro de Estudios Científicos y Tecnológicos (Cecyt) 14 Luis Enrique Erro, del Instituto Politécnico Nacional (IPN), quien en septiembre próximo cumplirá 100 años.
Sin ayuda de un bastón, Manuel Rodríguez sube todos los días 40 escalones para visitar a los grupos y otros 18 peldaños para llegar a su oficina en el archivo histórico, donde al revisar los distintos documentos que debe organizar se quita las gafas, “porque me estorban para leer”, aseguró.
Pasión por la docencia
Certero en sus recuerdos, Rodríguez Alanís relató que, además de su familia, su gran pasión en la vida fue la docencia. “Desde muy pequeño decía a mi madre que le limpiaría todo el jardín sí me permitía jugar a ser profesor con niños pequeños de la colonia, los sentaba en el garaje y ahí me ponía a darles clases”, señaló.
Años después, en 1942, su sueño se hizo realidad y se graduó de la Escuela Normal de Querétaro de Arteaga. En aquella época no había suficientes primarias y él formó una pequeña escuelita en una parroquia con grupos que estudiaban de primer a tercer año de primaria. “Ahí confirmé que ser maestro era mi vocación”, recordó.
Posteriormente, obtuvo las especialidades de Maestro de Historia por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) en 1953. El 16 de mayo de 1964 se incorporó como docente de las asignaturas de Lengua y Literatura e Historia de México en la Vocacional 14 (luego Cecyt 14), del IPN y en 1992 lo nombraron Maestro Decano. “Llegué para quedarme”, comentó.
“Desde mi primer contacto con el Instituto Politécnico Nacional me cautivó la nobleza de espíritu de sus alumnos y desde entonces hasta la fecha he dejado mi corazón en cada clase que he impartido”, refirió.
En 51 años de servicio, el maestro Rodríguez Alanís ha solicitado únicamente dos periodos de año sabático, en los que escribió los libros Historia de México e Historia Contemporánea de México.
Guardián de la historia
Desde 1992 no ejerce la docencia, “ahora me encargo de la memoria y archivo histórico del Cecyt 14; en mi labor he logrado recopilar documentos importantes sobre la creación y las principales etapas por las que ha pasado esta escuela, porque me interesa dejar un legado y no ser solamente una figura decorativa”.
Actualmente la Sala de Juntas del Cecyt 14 ya fue bautizada con el nombre del “Profesor Decano Manuel Rodríguez Alanís”, como distinción a su impecable trayectoria en el instituto y por ser claro ejemplo de identidad politécnica.
En entrevista, Rodríguez Alanís dijo sentirse con salud y activo gracias a que vive el presente, “solamente pienso en un futuro de éxitos e invito a todos los jóvenes a actuar positivamente en el presente y gastarse los días completos en optimismo y apoyados en su familia; yo vivo mis 99 años gracias a la fortaleza que me dan mis siete hijos, nueve nietos y 11 bisnietos”.
Académicos nonagenarios
Rodríguez Alanís no es el único académico de esa edad en México que permanece cerca de las aulas; de hecho, hace tres años la Asociación Autónoma de Personal Académico de la UNAM reveló que hay maestros de hasta 90 años en funciones.
Entre los nonagenarios activos de la UNAM destaca Aline Schunemann, quien ha sido profesora en la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia durante 69 años y aún no piensa retirarse. La académica emérita, de 94 años, está especializada en el manejo ético de los animales y ha escrito más de 125 artículos científicos.
Hace apenas dos días señaló en el sitio web del Conacyt: “La veterinaria se ha humanizado desde que hay más mujeres, porque nosotras somos más sensibles para tratar de evitar el sufrimiento ajeno y crueldad en los animales”.
Otro profesor que está a meses de entrar en el selecto grupo de los académicos nonagenarios es Sergio Fernández Cárdenas, quien nació en la Ciudad de México el 25 de febrero de 1926 y es profesor emérito de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM.