«Mejor morir de pie que vivir toda una vida arrodillado» Emiliano Zapata
“Nuestros pueblos y comunidades lucharon por la tierra que nos daba de comer, por el agua que hacía crecer las siembras y que apagaba nuestra sed. Luchamos por la posesión del suelo en el que enraizaron las almas de nuestros abuelos, las de nuestros padres, las de nosotros mismos, las de nuestras mujeres y nuestros hijos”, el Caudillo del Sur
«Yo estoy resuelto a luchar contra todo y contra todos sin más baluarte que la confianza y el apoyo de mi pueblo» Zapata
Emiliano Zapata Salazar nació el 8 de agosto de 1879 en Anenecuilco, Morelos; murió el 10 de abril de 1919. Hijo de Gabriel Zapata y Cleofas Salazar fue un líder campesino y revolucionario, actor importantísimo durante la Revolución mexicana y símbolo de la libertad y de la lucha campesina en México, hasta nuestros días.
Fue general del Ejército Libertador del Sur, conocido como “Caudillo del Sur”.
La vida de Zapata, siempre estuvo ligada al campo, ya que nació en el seno de una familia campesina.
Emiliano recibió una precaria educación primaria. A los 16 años perdió a su madre y 11 meses más tarde, a su padre. Desde muy temprana edad, advirtió las grandes injusticias que se cometían en contra de quienes trabajaban la tierra.
En 1902 ayudó a las personas del pueblo de Yautepec (Morelos) que tenían problemas con el hacendado Pablo Escandón, acompañándolos a ciudad de México para exigir que se les hiciera justicia. En 1906 asistió a una junta de campesinos en Cuautla, para discutir la forma de defender frente a los hacendados vecinos las tierras del pueblo. Como represalia, en 1908 se vio forzado a incorporarse al noveno regimiento de Cuernavaca, forma de castigo, a la que se le conocía como leva, y que era frecuente durante el porfirismo.
En septiembre de 1909 fue electo presidente de la junta de defensa de las tierras de Anenecuilco. Reunió un ejército de peones, la mayoría de ellos indígenas de Morelos, y con «Tierra y Libertad» como grito de guerra pasó a formar parte en 1910 de la Revolución Mexicana de Francisco I. Madero, que pretendía acabar con el régimen de Porfirio Díaz. Zapata comenzó su guerrilla en marzo de 1911, tomaron Jojutla, Chinameca, y sitió Cuautla que estaba defendida por los porfiristas. Más tarde tomó Cuernavaca. Al triunfo de los maderistas, Zapata se negó a deponer las armas ya que todavía no se habían devuelto las tierras a los indígenas. Mientras tanto los hacendados comenzaron a hacer una campaña en contra de Zapata, tratándolo como un bandido.
Dejó de confiar en Madero, quien comenzó a ejercer como presidente en 1911, y se declaró en su contra, formulando su propio programa de reforma agraria (conocido con el nombre de Plan de Ayala), mediante el que pensaba redistribuir la tierra entre los campesinos. En febrero de 1913, Victoriano Huerta, protagoniza un golpe de estado contra Madero y toma la presidencia mandando detener a éste, quien más tarde muere asesinado. Durante las presidencias del dictador Victoriano Huerta (1913-1914) y del presidente constitucionalista Venustiano Carranza (1914-1920), continuó con sus movimientos en contra del gobierno, extendiendo su poder por todo el sur de México.
Junto a Pancho Villa, que había aceptado el Plan de Ayala, entró en la ciudad de México en 1914. Un año después se trasladó a Morelos, donde prosiguió con la defensa de sus posiciones, frente a las tropas constitucionalistas. Zapata durante este tiempo creó las primeras Comisiones Agrarias, estableció el Crédito Agrícola además que inauguró la Caja Rural de Préstamos en Morelos. Luego, en octubre de 1915, el gobierno de la Convención promulgó la Ley Agraria.
El 10 de abril de 1919 fue asesinado en una emboscada organizada por el coronel Jesús Guajardo, en la hacienda de Chinameca.
Francisco Villa y Emiliano Zapata