Por Alberto D. Fraile Oliver/Revista Namaste*
Es muy posible que te encuentres entre los millones de personas indignadas. Hace tiempo que te has dado cuenta que te está tocando pagar los platos rotos de una crisis que tú no has provocado. Hasta es posible que lo vieras venir y tratabas de avisar.
Ahora observas como tu perspectiva de futuro se va reduciendo inexorablemente. Observas que se van cerrando puertas y que los jóvenes pese a estar más formados que sus padres tienen menos posibilidades de progresar. Estás cansando del amiguismo, el caciquismo y la oligarquía endémicos de este país que no premian al que más preparado está o al que más talento tiene, sino a a quellos que tienen habilidad para medrar en un sistema opaco.
Decía Henry Thoreau que “el gobierno, que es tan sólo el medio escogido por el pueblo de ejecutar su voluntad, puede igualmente ser objeto de prácticas deshonestas y pervertido antes de que el pueblo tenga tiempo de actuar por medio de él”. Y quizá eso es lo que nos ha pasado.
Necesitamos un nuevo contrato social y es el momento de la acción. Aquí tienes algunos consejos para iniciar la desobediencia civil pacífica contra un sistema que se han vuelto agresivo y que en lugar de garantizar el progreso y el bienestar quiere instaurar la injusticia y el pensamiento único. Hay varias acciones que están en tu mano e influen: tu voto, tus decisiones de compra y tu hábitos, emplealos para construir el mundo en el que quieres que vivan tus hijos.
-Saca el dinero del banco. Si aún tienes suerte de tener algo de dinero en el banco sácalo. Deja tu cuenta bancaria al mínimo exclusivamente para pagar recibos. Pero no dejes dinero, los bancos lo siguen empleando para financiar muchas actividades que han provocado la crisis y no han cambiado sus malas prácticas pese a tener gran parte de la responsabilidad de lo que está sucediendo. Puedes llevarlo a la banca ética o administrarlo en casa. Los ricos ya lo han hecho hace meses, ya lo tienen a buen recaudo en paraísos fiscales, a la espera de acontenciemientos.
-Deja de consumir. El consumo es la rueda que mueve nuestro sistema. Si dejamos de consumir o solo consumimos aquellos productos que coinciden con nuestros valores provocaremos un cambio. Iniciemos la moda de los productos reciclados, reparados, de segunda mano, hechos por nosotros mismos. La moda de la frugalidad.
-Utiliza menos el coche. Los tiquets de la ORA, la multas, los impuestos de los carburantes, son un expolio que el Estado ejerce sobre los ciudadanos. Camina, coge la bici, comparte coche. Descubre y disfruta de tu entorno cercano.
-Organízate con tus vecinos y amigos para tareas comunes: cuidar de los niños, hacer excursiones, ir a la compra, hacer un huerto, llevar los niños al cole… en grupo todo es más barato, recuperas parte de tu tiempo y refuerzas tus relaciones de comunidad.
-Exige a los partidos políticos que se regeneren. No votes a partidos cuya financiación, democracia interna y participativa, comunicación con la sociedad civil y cumplimiento de sus promesas electorales no te convence. En nuestro país hacen falta grandes cambio que solucionen la crisis institucional que padecemos. Necesitamos una nueva ley electoral más justa, un modelo energético más sostenible que defienda a las personas por encima de las compañías electricas, que se acabe con los paraísos fiscales, con la impunidad de políticos corruptos… Las Constitución recoge muchos derechos que se vulneran: derecho al trabajo, derecho a una vivienda digna. En un país verdaderamente democrático deberían tener lugar varios referendos vinculantes al año para decidir temas imporantes. Tenemos que presionar para que los partidos miren a los ciudadanos en lugar de mirarse al ombligo.
-Recuerda que lo importante no es poseer las cosas o ser propietario, lo verdaderamente importante es disfrutar de su uso. Comparte, alquila, utiliza… pero no compres. No alimentes a empresas que te maltratan y apoya a aquellas que impulsan el bien común y no tan solo su cuenta de resultados.
–Utiliza las redes sociales para denunciar injusticias, expresar tu opinión y, sobretodo, organizarte con otros. Movilizate por aquellas cosas en las que crees.
-Defiéndete de las agresiones, no aceptes lo inaceptable. Los medios de comunicación convencionales están siendo silenciados como consecuencia de la crisis. Ahora toca hacer un esfuerzo extra para enterarte de lo que sucede.
-Apaga la tele. En los últimos años se ha producido una reestructuración del mundo audiovisual en España que ha cerrado casi todas las ventanas de pensamiento crítico que existían. Es el momento de darle la espalda. En caso de que te interese algún contenido audiovisual seguro que lo encuentras en Internet y lo puedes programar a tu gusto evitando muchas de las manipulaciones de las cadenas televisivas en manos de personas muy poco preocupadas por la higene mental de la audiencia.
-Pelea por la libertad en Internet. En este momento Internet es un oasis -imperfecto- que puede servir para construir algo nuevo. Cada vez que los poderes traten de controlar o recortar la libertad en Internet defiéndela, porque estás defendiendo tus derechos.
-Rebélate, objeta. Si eres profesional: médico, profesor… y ves que el sistema te obliga a vulnerar tu ética profesional planta cara. Te encuentres donde te encuentres, autónomo, empleado, estudiante, parado… boicotea todas aquellas medidas que ataquen tu integridad, házlo de forma pacífica pero decidida. No colabores con un sistema que te ataca.
-No pierdas la esperanza. Estamos en un momento crítico en el que puede producirse un cambio de modelo, tenemos que empujar entre todos para que en lugar de beneficiar a las élites de siempre, beneficie a todos los ciudadanos y garantice el progreso y bienestar de nuestros hijos. Es posible que haya caos, que haya miedo… pero nos toca permanecer serenos para construir a un nuevos sistema acorde con los tiempos en los que no ha tocado vivir.
-Cuídate. Cuando te agobies trata de hacer aquellas cosas que te nutren y ayudan a estar sereno: caminar, estar en contacto con la naturaleza, ir al mar, pasear por la ciudad… mantén el equilibrio entre la acción y el descanso. No dejes que te tumben.
Esta es una batalla que vamos a ganar. Hay muchas más opciones de las que nos muestran y ahora es el momento de soñar el mundo en el que queremos vivir al salir de este tunel en el que nos han metido premeditadamente para expoliarnos.
Pero para ello es imprescindible que no dejemos que nos corten las alas. Defiende tus alas.
Fechada el 12 octubre, 2012. Fuente: RevistaNamaste
Foto: Frank Uyttenh}
(México Regeneración, 28 de enero del 2015)