Hace cinco años fundaron la microempresa Eco Filter, que usa colillas de cigarros, las degrada y hacen papel, buscan disminuir la tala y la contaminación de mantos acuíferos.
Regeneración, 13 de mayo de 2018.- Leopoldo Benítez descubrió un hongo capaz de degradar las colillas de cigarro. Desde ese momento él y Paola Garro fundaron la microempresa Eco Filter, con el fin de reutilizar deshechos de forma casera en la elaboración de papel, y así disminuir la tala y la contaminación de mantos acuíferos.
“Queremos hacer una revolución de papel. No cambiar la manera de hacerlo, sino el material con el cual se hace”, aseveró Leopoldo.
SE CONSUMEN EN PROMEDIO 250 MILLONES DE CAJETILLAS AL AÑO
Cabe destacar que en México hay 14 millones de fumadores quienes consumen en promedio 250 millones de cajetillas al año, en total 50 mil millones de colillas de cigarro. Lamentablemente una gran parte no termina en un bote de basura, sino en las calles, playas y bosques, detalla información de la Secretaría de Salud.
Leopoldo, quien estudiaba Biología en la Facultad de Estudios Superiores (FES) Iztacala, de la UNAM, buscó soluciones. “Cuando estaba en el problema existencial de qué debía hacer mi tesis, se inundó la tarja del laboratorio. Me acerqué a limpiarla y vi el caos que provocaban sólo cuatro colillas, me llevé la idea y pensé en cambiar el material con el que se hacen los cigarros”.
En ese momento halló una manera de acelerar la degradación de las colillas, que en condiciones normales tardan hasta 25 años en desintegrarse, detalla El Universal en una publicación.
Junto con dos biólogos de la FES, comenzó un equipo para planear la expansión del proyecto. Fue entonces cuando se sumó Paola, administradora de la Universidad Tecnológica de México (UTM) en Oaxaca, fue ella quien planteó convertir la idea en un negocio verde.
En otros países ya había ideas similares, pero no sabían qué hacer con los deshechos después de la recolección.
“Nos dijeron una y otra vez: México no está listo para eso. Llévenselo a otro lugar del mundo. ¿Cómo es posible que los propios mexicanos te saquen?”, lamentó Paola, pues era mayor el interés en el extranjero que en el país.
Cuando el proyecto recién comenzaba, investigadores de países como Suiza, Inglaterra y Argentina los contactaron debido al interés en su propuesta.