Cuentas públicas en tiempo real y un salario preferencial a trabajadores de obras para el desarrollo
Por Ramiro Padilla Antondo*
Regeneración, 5 de noviembre del 2018. Hay un hecho que quedó claro la pasada elección. El pueblo mexicano de manera mayoritaria decidió que el actual sistema no funcionaba.
Se rebasaron todos los índices de corrupción y la violencia llegó a límites insostenibles.
Somos un país mayoritariamente de jóvenes en el que algunas realidades no reflejan ya a una sociedad cada vez más informada, pero que tiene que aprender a ser participativa.
Por eso me he tomado la libertad de hacer un par de propuestas esperando que estas puedan llegar a tener eco en la actual legislatura federal.
Primera
Un sistema de monitoreo del gasto público en tiempo real.
Una especie de policía fiscal que supervise las transacciones gubernamentales para evitar desvíos.
Es claro que la opacidad con la que se manejan recursos estatales municipales y federales ha sido el fuerte de la corrupción.
Se tienen los recursos y la tecnología para que las erogaciones en todos los órdenes sean supervisadas.
Ejemplifico; la primera transición del poder hacia un partido distinto se dio en el año dos mil.
Vicente Fox obtuvo el control del gobierno federal aunque la inmensa mayoría de las gubernaturas las mantuvo el PRI.
Eso no solo significó que la estructura del poder de ese partido se mantuviera intacta, sino que permitió que regresara al poder después de doce años.
Los gobiernos estatales se convirtieron en fieles a la balanza inyectando grandes cantidades en efectivo de dinero público.
La ASF (Auditoría superior de la federación) ha hecho un trabajo extraordinario exponiendo las irregularidades, y no estaría de más darle un brazo que le permitiese supervisar los recursos en tiempo, no después, cuando la opacidad de algunas instituciones le amarra las manos.
También se pediría que las transacciones ya no se hiciesen en efectivo sino en electrónico, donde es más difícil robar recursos.
Segunda
Una ley de salario preferente.
En Estados Unidos existe una ley que obliga a las compañías que firman contratos con los tres órdenes del gobierno a pagar un salario preferencial a los involucrados en estas obras.
Es un sobresueldo incluido en el presupuesto de las obras para que los recursos del gobierno se manejen de manera más equitativa.
Los contribuyentes exigen que se le pague de manera apropiada porque el dinero es público.
Hay un tabulador por oficio, y supondría también un detonante para las escuelas técnicas.
Alguien que construye una escuela en una zona apartada y gana un salario de 1500 semanales puede recibir un sueldo de 5 mil por ejemplo.
Esto se convertiría en un detonante de desarrollo económico en muchas zonas.
Los contratos de gobierno para infraestructura evitarían en gran medida el asistencialismo porque los mexicanos no emigran por ganas sino por falta de salarios competitivos.
Las constructoras y subsidiarias estarían obligadas a transparentar los salarios y como se hace en la unión americana, habría inspectores para cerciorarse de que se cumplan las condiciones estipuladas en los contratos.
Estas son solo un par de ideas para intentar paliar la desigualdad y opacidad que permean nuestro país.
Espero que algún diputado o senador las considere.
Me parece que pueden contribuir de manera sana al desarrollo del país.
Excelente tarde.
*Ramiro Padilla Antondo,@ramiroatondo Es un escritor mexicano nacido en Ensenada, Baja California.
Autor de los libros de cuentos A tres pasos de la línea, Cuentos de la zoociedad, Esperando la muerte y de las novelas Historia de una ficción breve y Días de agosto.
Algunos de sus ensayos publicados son: Lectura y contra lectura, México para extranjeros, La verdad fraccionada y Hojas sin ruta.