El padre, habría violado a más de cien niños en la zona rural de Oaxaca; y fue perdonado por el Vaticano en 2011.
Regeneración 28 de enero del 2016.- El sacerdote Gerardo Silvestre Hernández, acusado por violar a más de cien niños en Oaxaca también los emborrachaba para hacer más fácil sus fechorías.
Narcisa Mendoza, madre de uno de los menores, protegida por un seudónimo, indicó en una carta dirigida al Papa Francisco que el padre tenía un modus operandi en el que supuestamente primero los embriagaba y después abusaba de ellos.
“¿Cómo es posible que un cura haga esas cosas?”, se preguntó Narcisa, quien mencionó que “había muchos niños que iban con el padre”.
La señora, contó que decidió tomar al toro por los cuernos y luchar por el reconocimiento y justicia de los casos de pederastia de su hijo y otros jóvenes.
“No quisiera que otros niños sufrieran lo que yo he sufrido con mi hijo”, por ese motivo “quisiera que se hiciera justicia, no sólo por mi hijo, sino por todos los que han pasado por esto”, expresó, articulando sus palabras entre sollozos.
Expuso que muchas madres de las víctimas no quieren “poner la cara por sus hijos” porque “tienen mucho miedo”, pero ella decidió dar la batalla. “He sufrido lo peor, pero no he quitado del renglón para que se me haga justicia”.
Aquí la carta intacta:
Con información del Excélsior.