Sergio Aguayo asegura que los intelectuales le ganaron a López Obrador en aprobación social. ¿Cuáles son sus argumentos?
Por Beatriz Aldaco
RegeneraciónMx, 14 de enero de 2022.- En un tuit publicado hace un par de días, Sergio Aguayo declaró que en una entrevista había expresado “una frase que requiere sustentarse”; es ésta: “los intelectuales le ganamos en aprobación social al presidente”. Acto seguido, enunció sus “fuentes”: “dos textos publicados por Alejandro Moreno en El Financiero. En 2021 el presidente tuvo una aprobación promedio de 61%. En una encuesta de noviembre de 2021, el 84% de los ciudadanos piensan que debe invertirse más en ciencia y el 83% que las universidades mejoran al país”.
No sólo exuda Aguayo arrogancia y un alarde de superioridad cuya explicación y pertinencia queda en la opacidad, sino que equivoca el camino al situarse como miembro de un gremio (¿clase?, ¿agrupación?, ¿élite?) sin –como él mismo aduce con respecto a su pifia pronunciada en la entrevista– sustentar esa exótica adscripción.
Éstos son los reparos que nos suscita el mareado mensaje tuitero del opinante:
- Percibe que hay una competencia entre el presidente y los intelectuales. ¿”Le ganamos”? ¿Como si estuvieran contendiendo en una carrera de atletismo, en una pelea de box o en un partido de futbol?
- Ignora que es inválido establecer comparaciones entre objetos, sujetos o entidades de naturaleza distinta. ¿Será eso un reflejo de cómo reúne elementos disímbolos en sus trabajos académicos? Eso no produce más que conclusiones erradas o amañadas.
- No es válido comparar encuestas con objetivos y preguntas distintas. Pretende hacer válida una comparación que intrínsecamente es inapropiada: entre a) “la aprobación del presidente”, y b) lo que la gente piensa de la inversión en ciencia y los beneficios que brindan las universidades al país.
- Sólo en la primera encuesta mencionada se habla de aprobación. En la segunda y la tercera encuesta no se somete nada a aprobación, se trata de opiniones específicas sobre temas genéricos que no tienen estrictamente nada que ver con los contenidos de la primera.
- No se puede inferir que lo que se dice de la ciencia y de las universidades corresponda automáticamente a los intelectuales. Es decir, intenta asentar que todo aquel que se dedica a la ciencia y labora en una universidad es un “intelectual”. La falacia se cuenta sola.
- Primero expresa la frase y luego, tras las críticas, busca el sustento. Normalmente se hace al revés, con mayor razón si se trata de alguien que se jacta de “intelectual”: primero se elaboran las ideas con base en argumentos sólidos, y después se transmiten, se difunden.
- Parte del sustento debió ser por qué se asume como “intelectual”. ¿Cuál es su definición de “intelectual”, la suya, la muy particular de Aguayo? Queda en el aire la respuesta, así como quedó desolada, sin asideros, su absurda afirmación inicial.
- ¿Por qué se asume con derecho a hablar en nombre de todos los intelectuales? “Los intelectuales le ganamos…”. ¿Qué intelectuales: todos los del país, sólo los de las universidades, únicamente los dedicados a la ciencia y no a las humanidades? ¿Cuáles intelectuales?
- Le faltó hablar de las intelectuales. A menos que haya decidido ser incorrecto en el campo del lenguaje inclusivo.
No es que pensemos que Aguayo sea un mal académico, pero normalmente la o el que es íntegro, esforzado y congruente, suele trasladar una característica imprescindible en ese terreno, el rigor, al discurso empleado en otras plataformas de comunicación y en las redes sociales. En ese sentido, Sergio se ha puesto a sí mismo un examen que reprobó. Si no es mal académico, sí es un pésimo articulador de opiniones.
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