Delfina Gómez como espejo del pueblo

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Por Diego Alanis Aguilar

Los perfiles del pueblo, quienes han sufrido de las situaciones de riesgo en sus comunidades y quienes también han transitado por la insatisfacción con el orden establecido, han tenido un auge importante a la hora de disputar la representación en la arena política.

Regeneración, 02 mayo 2017.- Una de las principales pugnas de la democracia es la representación de la pluralidad de ideas, valores, sectores, segmentos y clases sociales. Sin embargo, existe poca apertura para ocupar los puestos de representación política. La clase política se enquista dentro de las estructuras burocráticas y no permite el acceso a la toma de decisiones por parte de lo que denominaremos “pueblo”.

Definir pueblo sigue siendo un gran debate dentro de las ciencias sociales, pero al menos se puede ir a las características irreductibles: en primera parte podríamos hablar de una identidad colectiva que tienen demandas en comunes, por ejemplo, en el Estado de México la seguridad; y en segunda parte, una colectividad insatisfecha que reclama la situación al orden establecido, en este caso a un priismo que lleva 88 años gobernando el Estado de México. [1]

Los perfiles del pueblo, quienes han sufrido de las situaciones de riesgo en sus comunidades y quienes también han transitado por la insatisfacción con el orden establecido, han tenido un auge importante a la hora de disputar la representación en la arena política.  Actores como Cuitláhuac García, quien nunca había estado inmerso dentro de la política, – hasta apenas ahora que es Diputado Federal- generaron lazos dentro de las cadenas de demandas de un pueblo veracruzano lacerado por la corrupción, el robo y la impunidad de Javier Duarte. Y recibieron la aceptación a tal grado de convertirse en un actor competitivo para disputar la gubernatura de Veracruz.

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En el caso del Estado de México el perfil de la maestra Delfina Gómez ayuda a general lazos de identidad con el pueblo que siempre ha quedado marginado dentro de la toma de decisiones. Las características de la texcocana reflejan las características de la mayor parte del pueblo del Estado de México: la nobleza, la sencillez, la honestidad, el valor y sobretodo el trabajo, puesto que al igual que muchos mexiquenses le ha tocado partir desde una condición social de bajos recursos para sobresalir y tener una vocación.

La paradoja de la democracia en el Estado de México se encuentra entre quienes demandan la apertura de los mecanismos, instituciones y parlamentos para la inclusión de todas las clases sociales, pero al mismo tiempo, de los que rechazan a una candidata como Delfina por “no tener experiencia”. Lo que significaría que ellos mismos son los que se están cerrando las puertas para la participación política. Por lo tanto parten de un prejuicio sobre la representación. ¿Quién puede afirmar que un político es más preparado si ocupa más cargos de representación a otro que nunca ha participado?

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Sin duda el discurso político juega un papel fundamental para la comunicación con los electores; si observamos el discurso de Delfina frente a los otros tres candidatos es un discurso sencillo que cualquier persona puede entender y que  tiene al menos dos banderas: acabar con la corrupción y acabar con los privilegios para redistribuirlos entre la gente. Los discursos de los demás candidatos son acartonados, aprendidos, diseñados para justificar cualquier atrocidad por la que se enfrente.

El Estado de México por primera vez puede tener alternancia de izquierda y ésta vez encabezada por una mujer que se vale por sí misma. Sin duda el liderazgo de Andrés Manuel coadyuva en el fortalecimiento electoral para poder ganar esta entidad federativa, pero no sólo es su imagen como líder moral, sino también el perfil de la maestra Delfina el que conecta con un pueblo insatisfecho con la cadena de demandas no cumplidas.

 

 

[1] Idea retomada de Laclau, Ernesto. “La Razón Populista”, México, Fondo de Cultura Económica, p. 192.