Todavía ni siquiera era aprobada y publicada la reforma energética, y la empresa trasnacional Mexichem, propiedad de Antonio del Valle Ruiz y con inversiones de Carlos Slim, ya ha desmantelado el complejo petroquímico Pajaritos, y al poco personal que aún quedaba de Pemex lo tienen bajo el sol o en una galera parados todo el día.
19 de agosto, 2014.- Luego de la venta de dicho complejo, durante la administración de Enrique Peña Nieto a Mexichem se estableció un programa de reubicación para parte del personal, otros más seguirían trabajando en áreas que todavía funcionarían en esa planta y una parte sería contratada por la nueva empresa.
Sin embargo, ninguno de esos acuerdos ha sido respetado, y por el contrario, los obreros que aún quedaban en Pajaritos han sido testigos del desmantelamiento total de esa planta, a pesar de que seguía operando y daba empleo a obreros de Pemex.
Algunos han documentado cómo algunas compañías privadas llevan a cabo trabajos para deshacer una planta estabilizadora y otra maquinaría dentro del complejo, que no formaba parte de los activos que Pemex vendió a Mexichem.
Incluso los poco más de 500 trabajadores de Pemex que aún quedaban en Pajaritos han sido desplazados a una galera sin paredes y con poco techo, donde son obligados a permanecer parados durante todo el día, incluso a la hora de comer.
Comentaron que algunos datos que han obtenido es que parte de la maquinaria, como son bombas, compresores y válvulas, será llevada al complejo petroquímico de Salina Cruz, Oaxaca, donde aparentemente serán comprados por Pemex, a pesar de son algunos de sus propios activos, lo cual, advirtieron, es un fraude.
Durante las últimas semanas, el personal que se encargaba de la función y resguardo de esos equipos fue reubicado dentro de unos búnker que no tienen ventilación; a esa área se le colocó además malla ciclónica para que no estorben ni documenten cómo se llevan el equipo del complejo.
Los empleados que aún quedan dentro de Pajaritos en su mayoría han sido canalizados a espacios insalubres donde lo mismo hay basura y escombro del desmantelamiento, con lo que deben convivir.
Por pláticas sostenidas con algunos de los trabajadores de las compañías que llevan a cabo el desmantelamiento, han sabido sobre algunos accidentes donde ha habido personas lesionadas, pero todo ha sido ocultado.
Los obreros de Pemex señalan que después de haberse fusionado con Mexichem, el sindicato que aún dirige Carlos Romero Deschamps ahora les pide la firma de un nuevo contrato colectivo de trabajo, el cual sólo ha firmado, con presiones, 5 por ciento de la base laboral de ese complejo, que supera los 2 mil trabajadores.
El resto no quiere poner la rúbrica pues hay clásulas en blanco las cuales temen sean para dejarlos sin derechos laborales o para despedirlos a la hora que le convenga a la empresa Mexichem.
Información: La Jornada de Vracruz