Paquistán. Incidente de madrugada. La mayoría de las víctimas estaban en tierra. La aeronave causó incendios en tres viviendas
Regeneración, 30 de julio del 2019. Un avión militar paquistaní cayó la madrugada de este martes sobre una zona residencial dejando al menos 18 muertos.
El accidente ocurrió en el poblado de Mora Kalu a las afueras de Rawalpindi, Pakistán cuando el avión realizaba un vuelo de entrenamiento.
Las autoridades reportaron que la mayoría de los 18 muertos estaban en tierra. La aeronave causó incendios en tres viviendas que resultaron dañadas.
Tropas militares y policías acordonaron el área para buscar escombros del avión y evidencia para realizar las investigaciones correspondientes.
Esto se realizó luego de que concluyeron las labores de rescate.
Cinco soldados, incluyendo dos pilotos del ejército, y cuando menos 12 civiles murieron, señalaron las fuerzas armadas a través un comunicado.
Mientras que al menos otras 15 personas resultaron heridas. No obstante, la cifra de muertos podría aumentar.
Esto debido a que algunos de los lesionados se encuentran en condición crítica, señalaron rescatistas.
Los residentes dijeron haberse despertado cuando escucharon una explosión y vieron escombros de un avión en llamas cerca de sus casas.
Posteriormente llegaron helicópteros del ejército a sobrevolar en lugar.
La zona fue rápidamente acordonada por las fuerzas de seguridad, mientras decenas de ambulancias llegaban al lugar.
Las Fuerzas Armadas de Paquistán precisaron en un comunicado que se trataba de un avión de entrenamiento que realizaba una «misión de formación de rutina».
El informe señalaba confirmó que a bordo iban cinco miembros de la tripulación, dos de ellos pilotos. Los heridos fueron trasladados a hospitales y el incendio quedó sofocado.
De los restos del avión y las viviendas destrozadas aún se elevaba una columna de humo, constató un periodista de la AFP presente en el lugar.
En un tejado cercano podían verse piezas del avión.
Una multitud de habitantes se concentró en el lugar, algunos de ellos llorando, como un anciano con barba blanca y el torso cubierto de vendas.
El hombre gritaba «¡Oh, mi hijo! ¡Mi hijo!», mientras otros habitantes intentaban consolarlo por la muerte de su hijo en el accidente.