* Antes de iniciar su discurso, Andrés Manuel López Obrador exigió "el cese inmediato" de Miguel Ángel Osorio Chong por ser el principal responsable de los hechos de represión en San Lázaro.
* "Desconocemos este gobierno porque es ilegal e ilegítimo. Nada con Peña Nieto, nada con la mafia del poder": AMLO
* Anunció que iniciará una nueva gira por la totalidad de los municipios del país
Amigas, Amigos
El día de hoy miles de mexicanos nos congregamos en las plazas públicas
del país para protestar por la imposición de Enrique Peña Nieto en la
presidencia de la República.
Nuestra autoridad política y moral nos permite decir lo que pensamos con
absoluta libertad; hemos decidido luchar por la transformación de México,
por la vía pacífica y legal, pero ello no significa quedarnos callados,
renunciar al derecho a disentir o no hacer nada para enfrentar al régimen
antidemocrático y corrupto que padecemos y está destruyendo a México.
Estos actos de protesta tienen un triple significado. Expresan nuestra
legítima decisión de desconocer al gobierno surgido del fraude electoral;
son a la vez una convocatoria a seguir despertando conciencias, a
proseguir en la organización y la defensa del pueblo y de la nación, y
reafirman nuestra inquebrantable voluntad de luchar hasta alcanzar el
hermoso ideal, que es el triunfo de la justicia sobre el poder.
Reiteramos: no reconocemos al gobierno impuesto de Peña Nieto porque es
ilegal e ilegítimo. Como aquí se expresó en la resolución del Tribunal
Popular, que leyó Jesús González Schmal, en las elecciones presidenciales
se violó la Constitución y las autoridades electorales, tanto los consejeros del IFE como los magistrados del TEPJF, actuaron en complicidad con los delincuentes electorales.
Es evidente que el candidato de la mafia del poder contó con el apoyo de
los dueños de los medios de comunicación y sus patrocinadores, el grupo y
la élite que se creen amos y señores de México, utilizaron para imponerlo
miles de millones de pesos de procedencia ilícita; es decir, compraron la
presidencia de la República.
Este fraude tuvo como principal distintivo el tráfico con la pobreza del
pueblo y eso es lo que más indigna y también entristece. Peña Nieto y su
partido, como está demostrado y es de dominio público, obtuvieron millones
de votos entregando dinero en efectivo, monederos electrónicos de Soriana
y Monex, tarjetas telefónicas, despensas, materiales de construcción y
otras dádivas, aprovechando la pobreza extrema de millones de mexicanos
que carecen hasta de lo indispensable.
Ésta es, sin duda, la mayor inmoralidad que se registró durante la
elección presidencial. Se trata de un hecho, a todas luces, vil y
perverso. Por muy buenos resultados que les haya dado la manipulación a
través de los periódicos, la radio y la televisión, sin el voto comprado
no habrían podido imponer a Peña Nieto
¿O es que acaso este personaje que no esconde su mentalidad clasista ni su
desprecio por la “prole”, de repente, fue visto por los pobres como su
redentor? No, claro que no; a Peña Nieto lo implantaron con la compra de
voluntades.
Ésta es la razón de fondo por la que no podemos reconocerlo como
presidente de México.
Ya sabemos que los promotores y beneficiarios del Estado mafioso
(traficantes de influencias, políticos corruptos, dueños y voceros de los
medios de comunicación, y otros integrantes del régimen), nunca van a
estar de acuerdo con nuestra postura.
Ellos quisieran que aceptáramos el fraude electoral y que rápido
entráramos en el juego de las negociaciones políticas, como ya está
sucediendo; negociaciones que solo implican acuerdos cupulares o
componendas en contra del bienestar del pueblo y de la nación.
Es mejor que entiendan que, así como ellos defienden por todos los medios
al régimen de corrupción imperante, nosotros estamos empeñados en abolirlo
y en este propósito no daremos ninguna tregua ni concederemos la más
mínima ventaja.
Es tan grave lo que han hecho en contra del pueblo de México que no
estamos para galanterías. Pintamos claramente nuestra raya. Nada con Peña
Nieto, nada con la mafia del poder. La dignidad no tiene precio.
Nos atenemos a la recomendación del mejor presidente que ha habido en la
historia de México, el presidente Benito Juárez, cuando decía “que el
enemigo nos venza o nos robe, si tal es nuestro destino; pero nosotros no
debemos legalizar un atentado, entregándole voluntariamente lo que nos
exige por la fuerza”.
Amigas y amigos:
Como es obvio, nuestra protesta por el fraude electoral, no solo se
limitará al desconocimiento del gobierno espurio de Peña Nieto. Llevaremos
a la práctica lo que consideramos desobediencia civil pacífica pero -lo
subrayo- activa, lo que implica el compromiso de seguir trabajando en
concientizar y organizar al pueblo, así como en protegerlo ante
injusticias y hacer todo lo que esté de nuestra parte por defender los
recursos naturales y los bienes de la nación.
El día de hoy miles de mexicanos nos congregamos en las plazas públicas
del país para protestar por la imposición de Enrique Peña Nieto en la
presidencia de la República.
Nuestra autoridad política y moral nos permite decir lo que pensamos con
absoluta libertad; hemos decidido luchar por la transformación de México,
por la vía pacífica y legal, pero ello no significa quedarnos callados,
renunciar al derecho a disentir o no hacer nada para enfrentar al régimen
antidemocrático y corrupto que padecemos y está destruyendo a México.
Estos actos de protesta tienen un triple significado. Expresan nuestra
legítima decisión de desconocer al gobierno surgido del fraude electoral;
son a la vez una convocatoria a seguir despertando conciencias, a
proseguir en la organización y la defensa del pueblo y de la nación, y
reafirman nuestra inquebrantable voluntad de luchar hasta alcanzar el
hermoso ideal, que es el triunfo de la justicia sobre el poder.
Reiteramos: no reconocemos al gobierno impuesto de Peña Nieto porque es
ilegal e ilegítimo. Como aquí se expresó en la resolución del Tribunal
Popular, que leyó Jesús González Schmal, en las elecciones presidenciales
se violó la Constitución y las autoridades electorales, tanto los consejeros del IFE como los magistrados del TEPJF, actuaron en complicidad con los delincuentes electorales.
Es evidente que el candidato de la mafia del poder contó con el apoyo de
los dueños de los medios de comunicación y sus patrocinadores, el grupo y
la élite que se creen amos y señores de México, utilizaron para imponerlo
miles de millones de pesos de procedencia ilícita; es decir, compraron la
presidencia de la República.
Este fraude tuvo como principal distintivo el tráfico con la pobreza del
pueblo y eso es lo que más indigna y también entristece. Peña Nieto y su
partido, como está demostrado y es de dominio público, obtuvieron millones
de votos entregando dinero en efectivo, monederos electrónicos de Soriana
y Monex, tarjetas telefónicas, despensas, materiales de construcción y
otras dádivas, aprovechando la pobreza extrema de millones de mexicanos
que carecen hasta de lo indispensable.
Ésta es, sin duda, la mayor inmoralidad que se registró durante la
elección presidencial. Se trata de un hecho, a todas luces, vil y
perverso. Por muy buenos resultados que les haya dado la manipulación a
través de los periódicos, la radio y la televisión, sin el voto comprado
no habrían podido imponer a Peña Nieto
¿O es que acaso este personaje que no esconde su mentalidad clasista ni su
desprecio por la “prole”, de repente, fue visto por los pobres como su
redentor? No, claro que no; a Peña Nieto lo implantaron con la compra de
voluntades.
Ésta es la razón de fondo por la que no podemos reconocerlo como
presidente de México.
Ya sabemos que los promotores y beneficiarios del Estado mafioso
(traficantes de influencias, políticos corruptos, dueños y voceros de los
medios de comunicación, y otros integrantes del régimen), nunca van a
estar de acuerdo con nuestra postura.
Ellos quisieran que aceptáramos el fraude electoral y que rápido
entráramos en el juego de las negociaciones políticas, como ya está
sucediendo; negociaciones que solo implican acuerdos cupulares o
componendas en contra del bienestar del pueblo y de la nación.
Es mejor que entiendan que, así como ellos defienden por todos los medios
al régimen de corrupción imperante, nosotros estamos empeñados en abolirlo
y en este propósito no daremos ninguna tregua ni concederemos la más
mínima ventaja.
Es tan grave lo que han hecho en contra del pueblo de México que no
estamos para galanterías. Pintamos claramente nuestra raya. Nada con Peña
Nieto, nada con la mafia del poder. La dignidad no tiene precio.
Nos atenemos a la recomendación del mejor presidente que ha habido en la
historia de México, el presidente Benito Juárez, cuando decía “que el
enemigo nos venza o nos robe, si tal es nuestro destino; pero nosotros no
debemos legalizar un atentado, entregándole voluntariamente lo que nos
exige por la fuerza”.
Amigas y amigos:
Como es obvio, nuestra protesta por el fraude electoral, no solo se
limitará al desconocimiento del gobierno espurio de Peña Nieto. Llevaremos
a la práctica lo que consideramos desobediencia civil pacífica pero -lo
subrayo- activa, lo que implica el compromiso de seguir trabajando en
concientizar y organizar al pueblo, así como en protegerlo ante
injusticias y hacer todo lo que esté de nuestra parte por defender los
recursos naturales y los bienes de la nación.
Hace unos días se aprobó el Plan de Acción de MORENA, el cual establece la
creación de comités en pueblos, barrios, colonias, unidades
habitacionales, municipios y delegaciones, así como en ciudades del
extranjero. También se tomó el acuerdo de iniciar una campaña nacional de
concientización.
El propósito es darle continuidad al trabajo que hemos venido realizando
desde hace seis años y, en particular, a la labor que llevaron a cabo,
durante la campaña presidencial, muchos ciudadanos conscientes que, en sus
ámbitos de estudio y trabajo, destinaron tiempo y, de acuerdo a sus
posibilidades y con sus propios métodos, ayudaron a despertar y a
convencer a millones de mexicanos.
Le vamos a dar continuidad a esta labor. Entre todos vamos a seguir
haciendo conciencia, despertando al pueblo, organizando a la gente. Ese es
un compromiso y además es una acción fundamental de MORENA.
Por eso tengo confianza en que la campaña de concientización cívica, moral
política nacional rendirá frutos, buenos resultados. En especial, creo que
con la participación de todas y de todos, saldremos adelante en el reto de
hacer conciencia en el medio rural y en las colonias populares, donde el
PRI, el PRIAN mejor dicho, ha sentado sus reales con la entrega de
despensas, materiales de construcción y otros bienes.
Allí estaremos todos los días, dando respuestas eficaces ante
planteamientos acerca de que “todos los políticos son iguales”; haremos
ver que somos diferentes; que no deben meternos en el mismo costal, porque
nosotros no somos corruptos; que no nos mueve la ambición al dinero ni
estamos hambrientos de poder. Nos inspiramos en principios elevados y humanistas. Contestaremos a señalamientos y preguntas, como cuando dicen “ellos nos dan”, “ustedes no
dan nada”, o “¿qué van a dar ustedes?”. Hablaremos con la verdad, diremos
que el PRIAN oprime y esclaviza, que solo entrega migajas para mantener el
régimen que favorece a una minoría a costa del sufrimiento de la mayoría
de los mexicanos.
Se trata de enfrentar una realidad pervertida, originada por mantener a la
gente en la sobrevivencia, sin la posibilidad de que salga adelante con su
talento y con trabajo, al mismo tiempo que se cancelan sus derechos
sociales.
Tengamos presente que la política neoliberal, la política que solo
favorece a una pequeña minoría, la que está al servicio de las élites, no
considera, esto lo debemos tener muy claro, no considera promover el
desarrollo, es decir, impulsar actividades productivas, crear empleos,
garantizar el acceso a la educación, la salud, la seguridad social, la
recreación, la cultura, la obtención de una vivienda apropiada, y este
incumplimiento del Estado de su responsabilidad social, ha sido sustituido
por programas asistenciales y por la entrega masiva de dádivas con
propósitos electorales.
Estamos por eso decididos a encarar este desafío, haciendo conciencia en
la gente, gritando si es necesario a los cuatro vientos que el pueblo no
merece limosnas, sino justicia.
Amigas y amigos:
MORENA –como aquí lo afirmó Martí Batres, presidente de nuestra
organización— será partido, pero no dejará de ser movimiento. Siempre
estaremos del lado de los ciudadanos que necesiten de nuestro apoyo.
MORENA, que no se olvide, no es para nosotros los dirigentes, mucho menos
para la mafia del poder, MORENA no va a ser un partido palero; MORENA es
un instrumento de lucha al servicio del pueblo y de la sociedad.
Defenderemos a empresarios, comerciantes, empleados y profesionistas,
trabajadores, maestros, obreros, indígenas, migrantes, campesinos y
estudiantes, a mujeres, niños, jóvenes y ancianos; en suma, a todos
aquellos que requieran de nuestra ayuda o sean víctimas de abusos de
poder.
Tendremos como prioridad el cumplimiento de los derechos humanos y
sociales, la solidaridad ante el autoritarismo y la represión, la
protección de los pobres y de la economía popular, así como la defensa de
los recursos naturales, en especial el petróleo.
En fin, estamos dispuestos a proseguir en el cumplimiento de nuestra
misión de transformar a México, convencidos de la necesidad de establecer
una república amorosa con dimensión social y grandeza espiritual.
En lo que a mí corresponde, informo que he tomado la decisión de volver a
recorrer todos los municipios del país. Seguiré ejerciendo mi liderazgo
desde abajo y con la gente. Solo escuchando los sentimientos de quienes
habitan en los pueblos de México, se puede comprender lo que la nación
siente en lo más hondo de su alma.
Pero dondequiera que me encuentre estaré siempre atento al acontecer
nacional, denunciando injusticias y llamando a defender la dignidad del
pueblo y los intereses de la patria.
De modo que, amigas y amigos, mucho ánimo. Vamos a seguir trabajando. Nada
de pesimismo. Toda acción en beneficio de los demás cura los males del
alma, libera y produce felicidad.
Vamos hacia adelante. Vamos a seguir luchando.
Tenemos que seguir luchando por nuestros ideales. Pensemos que las metas
que parecen imposibles se vuelven posibles, si empeñamos en ella la pasión
que surge de las convicciones humanitarias. Además, en ninguna
circunstancia nuestro trabajo será en vano porque, incluso en las peores
condiciones, nuestra noble labor despeja el camino a las futuras
generaciones, a nuestros hijos, a nuestros nietos, a los que vienen detrás
de nosotros.
Amigas y amigos:
Estamos impulsando a la aurora. Estamos proyectando un país que no sea una fábrica de pobres, una máquina de muerte ni un sitio de mera
sobrevivencia, sino un entorno de vida plena para todos. Trabajamos para
hacer realidad el sueño de un nuevo modelo de convivencia, más justo, más
humano, más digno, más igualitario.
Edificamos una nueva patria y esto debe quedar muy claro: No solo se
construye la patria nueva que requiere México desde los palacios, se
construye también en la calle, en las plazas.
Así vamos a seguir construyendo la patria nueva que necesita el país. Paso
a paso, paso a paso, estamos construyendo aquí en la tierra el reino de la
justicia.
Tengamos confianza en nosotros mismos y en el país y en su gente. No nos
dejemos apantallar por estos fantoches corruptos y usurpadores de los
cargos. Tenemos de nuestro lado a millones de mexicanos, mujeres y hombres
dignos, conscientes. Es mucha la fuerza que tenemos, sobre todo porque nos
asiste la razón y la razón siempre triunfa. Así, vamos hacia adelante.
Siempre echados para adelante, con optimismo. Conduciremos a México a un
renacimiento luminoso y amable y dejaremos atrás –lo aseguro— este
presente nacional amargo y oscuro.
Haremos realidad nuestro objetivo, nuestro hermoso ideal: el triunfo de la
justicia sobre el poder.
¡Viva MORENA!
¡Que viva el pueblo de México en resistencia por la justicia y la
verdadera democracia!
¡Viva México!
¡Viva México!
¡Viva México!
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