Aunque Meade aseguró que fue él quien nombró a René Juárez como sustituto de Ochoa Reza al frente del PRI, se sabe que la decisión vino de Los Pinos.
Regeneración, 04 de mayo de 2018.- La nueva dirigencia del PRI, más que unir al partido, sigue separándolo, si bien, como señala El Universal, “la renuncia de Ochoa ‘reconfortó’ a varios integrantes de la bancada priista en el Senado, que coordina Emilio Gamboa”, en realidad los “problemas al interior del PRI están lejos de haber terminado. De hecho el nombramiento de René Juárez como dirigente nacional, más que la solución es el síntoma”, señala Reforma.
Por donde se vea, signos de caos al interior del partido resaltan, y no sólo al interior del partido, sino también con la coalición, por ejemplo, con la lejanía del Verde.
Uno de los síntomas de caos podría ser la contradicción entre las declaraciones; pues mientras Meade asegura en Michoacán que la idea de René Juárez como dirigente del PRI fue su idea, otras informaciones desmienten.
“René Juárez y yo nos conocemos de hace muchos años y es un privilengio que haya aceptado hacer un equipo y hacer un gran trabajo para redoblar esfuerzos”, dijo.
En tanto en Templo Mayor de Reforma se señala que “priistas de diversos niveles reconocen que no se trata de simples desaveniencias sino de una auténtica guerra entre el equipo de campaña de José Antonio Meade, el entorno del presidente Enrique Peña y la propia nomenklatura partidista. Que los reclamos y las acusaciones han llegado a niveles groseros, en que unos a otros se avientan la responsabilidad de lo que pinta para ser la debacle del tricolor”.
“Se sabe, por ejemplo, que Meade tenía otra opción, muy distinta para encabezar al partido, pero que no lo dejaron llegar pues la decisión se tomó en Los Pinos”.
Pese a todo, la llegada de René Juárez, podría repercutir en la mejora de la relación al interior del partido, entre sus gobernadores y los militantes, con los equipos de campaña de Meade.
Vía El Universal y Reforma