La privación del sueño está relacionada con diferentes cambios desfavorables de la actividad metabólica.
Regeneración 21 de febrero del 2016.- Investigadores del IPN registraron un aumento del 30% en la masa corporal de enfermeras, policías y médicos sujetos de estudio; quienes viven en zonas urbanas duermen entre cinco y seis horas diarias, apuntaron los científicos.
Las personas que duermen menos de ocho horas diarias tienden a desarrollar sobrepeso, señalaron investigadores del Instituto Politécnico Nacional (IPN) al examinar la relación entre el Índice de Masa Corporal y las horas de sueño de quienes tienen horarios laborales mixtos.
Los psicólogos Gerardo Leija Alva y Víctor Aguilera Sosa, del Centro Interdisciplinario de Ciencias de la Salud, Unidad Santo Tomás, expusieron que en el estudio participaron enfermeras, policías y médicos.
“Aunque fueron sometidos a un estricto control en su alimentación y en la actividad física que realizaban, se registró que aumentaron su masa corporal 30 por ciento durante el año que duró la investigación”.
En un comunicado, explicaron que la falta de sueño provocó que la hormona leptina disminuyera e incrementara la grelina, también aumentó el apetito con tendencia a ingerir alimentos dulces y con un alto contenido de carbohidratos.
“Si al aumento del apetito provocado por la falta de descanso y al deseo de comer, le sumamos el sedentarismo, el resultado es el sobrepeso. Esto demostró el importante papel del descanso en el equilibrio del peso corporal”, indicó Aguilera Sosa.
Los investigadores indicaron que quienes viven en zonas urbanas duermen en promedio cinco o seis horas diarias. En contraste, quienes habitan en el campo tienen dos horas más de sueño. El resultado es que un mayor porcentaje de la población de las ciudades presenta obesidad.
La privación del sueño está relacionada con diferentes cambios desfavorables de la actividad metabólica, entre los que destacaron el aumento en los niveles de cortisol en la sangre, que es la hormona implicada en la respuesta al estrés.
Además, el sistema inmune se ve afectado, disminuye la capacidad del organismo de procesar glucosa y el control del apetito se altera.
Durante el día, el metabolismo requiere de más energía y en la noche las funciones fisiológicas disminuyen.
Si se considera que alrededor de las seis o siete de la tarde la asimilación corporal baja su actividad, la ingesta de alimentos que se requiere es menor, por lo tanto, cualquier exceso se acumulará en forma de grasa.
Leija Alva precisó que “el alimento más abundante debe ser en la mañana, por la tarde se debe bajar la cantidad y en la noche la recomendación es ingerir el equivalente a un vaso de leche y cuatro galletas.
“Esto proveerá la energía necesaria para llevar a cabo funciones fisiológicas básicas del cuerpo durante el sueño. Es importante recalcar que no se debe saltar ninguna comida, de lo contrario surgirá una baja de glucosa y con ello diversas enfermedades”.