El andar de los animales por las calles desiertas ha propiciado que los seres humanos vean más de cerca a la naturaleza, de la que forman sólo una parte.
Regeneración, 26 de abril del 2020. El confinamiento provocado por la emergencia sanitaria por el coronavirus, ha permitido a distintas especies apropiarse de las calles de las ciudades más importantes.
Cocodrilos, osos y hasta leones han sido captados fuera de su hábitat, divirtiéndose ante la ausencia de los humanos.
Canguros corren por las avenidas de Australia, pingüinos cruzan las calles tranquilos, pumas visitan los patios de las casas.
En las playas, las aves posan sin preocupación junto a la orilla, los elefantes en la India se pasean sin temor.
Los pájaros se oyen con mayor intensidad, no porque haya más sino porque el trajín diario ya no enmudece su canto.
Se han visto jabalíes en Arizona y un puma deambulando por las calles desiertas de Santiago de Chile, incluso leones marinos tomando el sol en Argentina.
Este fenómeno también han propiciado que los seres humanos vean más de cerca a la naturaleza, de la que forman sólo una parte.