A seis meses de la aparición sin vida de una niña de no más de 5 años, aún no se sabe su nombre, piden ayuda para identificarla.
Regeneración, 30 de octubre de 2017.- Una niña de entre 3 y 5 años fue hallada el pasado 18 de marzo violada y asesinada en el Bordo en Ciudad Neza; desde entonces, ni se ubicó a sus familiares, ni se investigó como feminicidio y encima se le dio sepultura en una fosa común, en calidad de desconocida.
El caso es estrechamente seguido por Frida Guerrera, periodista especializada en feminicidios para quien la muerte de la “niña de las calcetitas rojas” ha sido particularmente terrible.
“¿Por qué no investigar quién era?, ¿por qué no publicar una imagen de su rostro para dar con ella, antes de decidir tirarla como desecho a la fosa común?, ¿por qué no hacer lo que hace el resto del país aprovechar las redes sociales publicando su rostro para dar con ella?, ¿por qué las autoridades del estado insensible e ineficaz mexiquense, minimiza el feminicidio de esta pequeña, argumentando que no fue violada?”, escribió la reportera en su blog.
Y es que de acuerdo con la investigación de Frida Guerrero, las autoridades negaron la presencia de abuso sexual, aunque en un documento pericial al que tuvo acceso, se remite directamente a la unidad de feminicidio por el ensañamiento de la pequeña, y la violación de la que habría sido objeto, acompañado de imágenes en las que se puede apreciar la violencia.
“Hace unas semanas, una de las fuentes más confiables que tengo, me hizo llegar el horror; una vez más el encabronamiento, la inutilidad, la incapacidad de hacer más: tres fotografías de la niña, de mi niña, el día que la encontraron, ya no era la foto general, esas imágenes me volvieron a poner de frente a lo que estoy segura le hicieron a la nena, a un ser que todo indica solo conoció la cara de la violencia, de la humillación, del poder, de la lujuria de uno o varios sujetos que le arrebataron la vida”, detalló la comunicadora.
“Las imágenes ahí mostradas evidenciaban que la niña sí fue violada y asesinada en ese lugar, la cara de la pequeña estaba llena de tierra como sí hubiera sido sometida sobre ese terreno; la vagina se notaba visiblemente lastimada, cicatrices en la ingle izquierda muy cerca de la vagina, dos en la cadera derecha, dos más a la altura de las costillas derechas, los golpes recientes eran innumerables, entre mordidas y golpes en todo el costado derecho de la axila a la rodilla”.
Recordemos que para que un caso sea tipificado como feminicidio se deben identificar huellas de violencia sexual, la presencia de lesiones degradantes o mutilaciones, haber sido amenazada, violentada o acosada previamente; que el cuerpo de la víctima sea arrojado o expuesto en un lugar público, que el asesinato sea perpetrado por alguien con una relación de confianza o poder con la víctima y/o que estuviera incomunicada previamente.
Desde antes, se había difundido que debido a la ausencia de familiares o alguien que solicitara justicia en nombre de la menor, el crimen estaba por ser desestimado por las autoridades; pero parece que las autoridades no sólo se conformaron con negar el abuso sexual sino que la enterraron sin nombre y sin ubicar a la familia.
Por esa razón, Guerrera Villalvazo realizó junto con la ayuda de un experto, un retrato de la niña, para buscarla.
“La imagen que usted ve no es oficial, es el conjunto de muchos esfuerzos, de personas que nada tienen que ver una con la otra, de personas solidarias que hoy se suman a la exigencia de SABER QUIÉN ERA.
“Es solo mi niña, tu niña, nuestra niña de las calcetitas rojas, a quien tal vez en lo que sabemos quién era, le diremos Naomi, Jennifer, Daren, Azul, Fernanda, Luz, Valeria, o no sé tal vez Yolloxochitzin, flor del corazón en náhuatl, sabemos que ella existió, que alguien la necesita y que tal vez no sabe cómo encontrarla”, concluyó.
Niña de las calcetitas rojas, el caso que no se quiere reconocer como feminicidio