El nuevo embate del señor de los chinchones

Por Tatiana Coll/La Jornada*

El señor Chuayffet miente con frecuencia, sobre todo cuando inicia un embate. Mintió sin rubor como responsable de Gobernación y sigue mintiendo ahora al frente de la SEP. Mintió cuando dijo que la evaluación universal no conlleva ninguna acción punitiva, mintió cuando dijo que no se violentarían los derechos laborales del magisterio, mintió cuando dijo que el concurso de oposición garantizaría la calidad educativa, mintió cuando dijo que el único objetivo de la Ley del Servicio Profesional Docente era el mejoramiento de la enseñanza, mintió cuando dijo que la reforma se debatió y consensuó con los maestros, mintió cuando dijo que el objetivo principal de la reforma educativa son los niñ@s de México.

Miente ahora al decir que la reforma es una tarea de abolición de las viejas prácticas autoritarias (Laura Poy, La Jornada, 18/3/15), cuando todas las medidas que se han tomado están volcadas a reforzar el centralismo autoritario, cuando está planteando precisamente que se requiere modificar el Acuerdo Nacional para la Modernización de la Educación gestado por Salinas de Gortari, en lo que se refiere a la descentralización que estableció, y está pidiendo que se faculte al centro para intervenir por encima de los gobiernos estatales cuando juzgue que la continuidad de la reforma está en riesgo, es decir, cuando le venga en gana (esta frase recuerda puntualmente la famosa frase estadunidense que antecede a sus intervenciones: están en riesgo nuestros intereses). Miente ahora cuando sigue apoyando y sosteniendo a la vieja cúpula charra, corrupta y plagada de las viejas prácticas autoritarias de siempre, pero incondicionalmente dócil a todos sus requerimientos.

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Pero sobre todo, miente ahora cuando dice que los maestros democráticos hacen de la educación un negocio, por lo cual se pregunta: ¿Qué puedes decir a una persona que en lugar de creer en la educación hace de ella un negocio?, y concluye que por eso se les aplicará la ley (¡!). Para ilustrar en qué consisten los negocios de los maestros con la educación, puntualiza: por no asistir a clases, fijar ellos las normas de la educación, heredar plazas, venderlas. Los que trabajamos en el sector educativo sabemos perfectamente que quién ha usufructuado durante años las plazas, vendiéndolas, usándolas, negociándolas, como un elemento de control y manipulación, ha sido precisamente el SNTE, con la total aquiescencia de la SEP. ¿A eso se refiere? ¿Le va a aplicar la ley al SNTE? En cuanto a heredar las plazas, ha sido un asunto negociado históricamente entre el gobierno y el SNTE, así como otros sindicatos. Ambos aprobaron que fuera un derecho estatutario. ¿Por qué no nos dice dónde y quiénes son los que venden las plazas en todo el país? La respuesta es muy sencilla: los corrompidos dirigentes del SNTE. Parecería más bien que el problema que le enfurece es que los maestros en resistencia quisieran fijar ellos las normas de la educación. Uno entiende por qué esto le molesta al señor Chuayffet, ya que el magisterio democrático ha presentado un conjunto de argumentos sólidos y fundamentados contra la reforma. Lo que no se entiende es por qué ello constituye un negocio.

En realidad, a una pregunta tan puntual como la que formula: ¿Qué puedes decirle a una persona que en lugar de creer en la educación hace de ella un negocio?, deberíamos responderle simplemente: pues dimita usted. Quienes han convertido en negocio a la educación desde hace 25 años han sido las propias autoridades educativas, encabezadas por los presidentes del país, que desataron un proceso de mercantilización y privatización, favoreciendo los negocios por encima del rigor educativo. Basta recordar la gran cantidad de servicios educativos subrogados a destajo, basta mencionar a las miles de universidades y escuelas patito omacdonalizadas que pululan por el país ostentando su reconocimiento oficial (REVOE); basta con ver que la mitad de las normales ya son negocio privado. Basta con repasar de nuevo el TLC en su capítulo educación. Basta con mirar los efectos de los sistemas de evaluación-estímulo, que han convertido a la educación en una escalera meritocrática donde se compite por el dinero.

Toda una maraña de mentiras, las mismas siempre, para desatar de nuevo una agresiva campaña de medios contra el magisterio democrático. Volver a la amenaza como método de trabajo, ¿acaso no le ha bastado con la barbarie que desataron con este método en Ayotzinapa? De nuevo la criminalización y denostación de los maestros que han sostenido una larga lucha por democratizar su gremio y eliminar a la lacra de los charros y defender el carácter público y gratuito de la educación. Queda claro que está iniciando una nueva embestida con el fin de obtener una modificación al Acuerdo Nacional para la Modernización que le permita intervenir directamente contra las secciones democráticas en Michoacán, Oaxaca, Chiapas y Guerrero.

Regeneración, 20 de marzo del 2015. Fuente: La Jornada Foto:Wikipedia