En Canadá ponen a prueba un centro de consumo vigilado de heroína

Un centro donde los adictos a la heroína pueden inyectarse esta droga de forma supervisada para evitar sobredosis, así como el contagio de VIH y hepatitis C, entre otras enfermedades, comenzará a funcionar en Montreal, Canadá.

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Regeneración, 14 de mayo de 2017.- Sin el temor de ser detenidos o a quedar “fichados”, pues pueden dar su nombre o un apodo, los usuarios llegarán al centro sanitario, avalado por el gobierno canadiense y fundado por la asociación civil Cactus Montreal, en donde se les proporcionarán jeringas estériles y otros utensilios y se vigilará su aplicación.
Los usuarios de drogas inyectables tendrán atención en este centro las 24 horas de día durante los 365 días del año.
El espacio cuenta con 10 cabinas para que los usuarios se inyecten la heroína de manera higiénica y supervisada.

Una vez que hayan consumido la droga podrán acceder, durante 15 minutos, a una sala de descanso, con el propósito de atenderlos en caso de que sufran una sobredosis, explica Sandhia Vadlamudy, directora ejecutiva del organismo fundado en 1989 que trabaja con usuarios de drogas.

En el sitio, empleados de salud enseñarán a los usuarios los lugares del cuerpo en donde no hay riesgo de inyectarse.
Otro propósito es captarlos para que se integren a programas de rehabilitación y readaptación social.

“Empezará a operar dentro de dos a tres semanas, y se espera que acudan entre 150 y 200 usuarios de drogas al día, indicó Vadlamudy.

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Se trata de borrar la idea de que los adictos son delincuentes y verlos como parte de la comunidad, apuntó Rick Lines, director de Harm Reduction International, organismo civil coimpulsor del programa.

“No hay que darles la espalda a los adictos, hay que abrirles las puertas”, indicó.

Cactus ya contaba con un espacio en Montreal donde los usuarios de drogas recibían jeringas, condones y pipas de crack, entre otros materiales, pero no había vigilancia en la administración de la droga, ni acceso a atención sanitaria, explicó Alex Boucher, miembro de la ONG.

Entre 2013 y 2014, la asociación entregó 567 mil 495 jeringas.
El propósito de este tipo de programas es, además de la prevención de enfermedades, dignificar a las personas que emplean drogas, evitar que se droguen en lugares públicos y a plena luz del día, indicó Louis Letellier, cofundador de Cactus Montreal.

Para Lucie Charlebois, Ministra de Salud Pública de Quebec, quien participó en la presentación del centro, este modelo de atención puede ser aplicado por otros países.

Destacó que este esquema de atención ya ha sido impulsado en Vancouver con resultados favorables, principalmente en la reducción de muertes entre usuarios de drogas.

En entrevista, precisó que el gobierno canadiense ha destinado alrededor de 12 millones de dólares a Cactus en los últimos tres años.

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“Quizá otros países pueden ver lo que hacemos y lo empiecen a aplicar”, comentó.

En México falta atención

En México, el consumo más elevado de heroína se ha localizado en municipios fronterizos de Baja California, Chihuahua y Sonora, según un diagnóstico de la UNAM publicado en diciembre pasado.

Tras analizar el consumo de drogas en 317 municipios, el Diagnóstico macrosocial de riesgo del consumo de drogas en México, concluye que en esta zona se requieren servicios específicos para la atención de heroína y metadona.

Sin embargo, de acuerdo con los Centros de Integración Juvenil, en el país sólo hay dos unidades de tratamiento para usuarios de heroína, una en Baja California y otra en Chihuahua.

El alto consumo de drogas ha provocado, entre otras cosas, que en los estados fronterizos haya una mayor incidencia de hepatitis C por que los adictos comparten en los llamados picaderos jeringas y virus, reporta la Fundación Mexicana para la Salud Hepática.

Con información de: Reforma (suscripción)