Entrevista con Adrián Fuentes Luján.
En Ciudad Juárez la vida cotidiana se ha militarizado, el miedo es muy grande, pero comienza a manifestarse una respuesta ciudadana de rechazo a los atropellos contra la población y se está gestando una organización independiente. En ese proceso los jóvenes son una de las principales fuentes de activismo.
Esas son las conclusiones de Adrián Fuentes Luján, estudiante de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez, integrante de las redes universitarias y representante del gobierno legítimo. Adrián fue levantado y golpeado por agentes de la Policía Federal (PF) el pasado 11 de noviembre, al descubrir que era activista y que en su celular tenía fotos de las movilizaciones contra los abusos de policías y militares en la ciudad y de las protestas contra Felipe Calderón.
En este contexto, se anunció que este 20 de noviembre se realizarán protestas contra la militarización del país en Ciudad Juárez, Distrito Federal, Guadalajara, Monterrey, Los Ángeles, El Paso y Guanajuato, bajo el lema “Por una vida sin miedo, una revolución sin armas”.
La violencia en Juárez fruto podrido del neoliberalismo
En entrevista con Regeneración, Adrián Fuentes asegura: “En Ciudad Juárez se presenta un hecho que es muy grave, se junta todo lo peor de lo que es el neoliberalismo y todo ello que implica. En siete años toda esa descomposición social y de pobreza, de violencia y narco, se mezcla con una política fascista que busca un Estado de decepción, que quiere tronar el tejido social por lo más débil, es decir por los jóvenes. En Ciudad Juárez se ha instalado una política del miedo a través de esta guerra irregular”.
“Estos años –continúa– se ha ido acumulando una descomposición por la política económica excluyente, la desatención de las instituciones, el clima de impunidad, la corrupción. A todo eso se agrega que Ciudad Juárez es un lugar de paso para muchas personas que no sienten arraigo por la ciudad. Esto va generando una serie de situaciones que no se perciben en otro lugar de mismo México. Para mí es el fruto podrido del neoliberalismo en su máxima expresión y mezclado con la militarización más atroz”.
Según Adrián Fuentes , la supuesta “guerra contra el narcotráfico” es un fracaso. “No se está combatiendo al narco porque no se le puede acabar con militares y policías. Se combate a una parte del narco y se protege a la otra. No se trata de ponerle un límite a los grupos, a los capos del crimen organizado. La política del gobierno es sólo para generar un clima de terror para que la misma ciudadanía misma pida acciones más duras, una militarización más intensa. No veo que se esté dando este combate al narco, yo creo que incluso el presidente usurpador conoce claramente a los capos y sabe quiénes son los banqueros que le lavan el dinero a los capos. Yo creo que sólo se trata de generar terror en la población”.
Hay una guerra irregular contra los pobres y los jóvenes
Egresado de comunicación de la UACJ, Adrián explica que la terrible situación de ciudad fronteriza está tomando la forma de “una guerra en contra de los estratos bajos de la sociedad, en particular contra los jóvenes. Se usa a los jóvenes más pobres como carne de cañón. Lo que sucede en Juárez es un laboratorio para los intereses norteamericanos. Los grupos de poder aquí responden a a los poderes más allá de la frontera. Y el experimento de Ciudad Juárez ya se está extendiendo a todo el país”.
El joven activista de 25 años, recuerda que la situación en esa ciudad se agravó en los últimos cuatro años, aunque viene de la criminalización de las mujeres, de los feminicidos. Ahora el Procurador del gobierno espurio, Arturo Chávez Chávez cuando fue procurado en el estado culpó a las mujeres de los crímenes y fabricó culpables. Si él está en la PGR hay una total indefensión de la ciudadanía. Actualmente, no hay autoridad que defienda a la población. El Ayuntamiento no es tal, sólo sirve para defender los intereses de alguno de los grupos. Se dá una dinámica en la que todos luchan contra todos, y entonces, las autoridades están en el plan de ‘sálvese quien pueda y agarren lo que alcancen’. Eso es lo que yo percibo, ahí es donde entra la movilización social y la voluntad ciudadana de crear valores y de crear auto-sustentabilidad, solidaridad y cooperación. De responder al desgobierno y a la violencia desde la organización”.
El gobierno de Calderón considera a los activistas enemigos
En la entrevista, Adrián Fuentes narró cómo fue secuestrado durante dos horas por policías federales, tiempo en el cuál los agentes lo torturaron sicológica y físicamente.
El pasado 11 de noviembre, Adrián circulaba por una de las avenidas principales de Juárez en su auto –que tiene pintadas dos consignas: “Fuera Calderón” y “Dos de octubre no se olvida”–, una camioneta de la policía le marcó el alto, los efectivos le ordenaron bajarse de su vehículo y entregar su celular, en cuál descubrieron fotografías de la manifestación del pasado 29 de octubre, donde fue herido de bala el estudiante Darío Álvarez Orrantía.
“Es activista”, dijo el policía, mientras miraba las imágenes de la marcha, en las que aparecen pancartas contra la presencia de la Policía Federal. “Me dijeron nosotros los ponemos en riesgo en su labor, me llevan a punta de golpes y me suben a la cabina de la troca”, describió.
Con la cabeza hacia abajo y lo trasladaron a un estacionamiento con piso de tierra. Ahí lo golpean y le toman fotos con una pistola en la mano, asegurándose de que sus huellas digitales quedaran impresas en el arma. También lo amenazaron con cortarle el meñique de la mano derecha. “Usaban el amedrentamiento sicológico para intimidarme. Sentía mucho miedo, pero no tanto de que me mataran, sino de que me desaparecieran sin informar nada”, cuenta el joven que participó como ponente en el Foro sobre Cultura en el que estuvo Andrés Manuel López Obrador, el pasado 13 de octubre en la ciudad de México.
Cuando Adrián se identificó como miembro del “movimiento obradorista, del gobierno legítimo y distribuidor del periódico Regeneración”, los agentes se comunicaron con sus jefes y “me dijeron que yo lo complico todo”. Después de darle otra tanda de golpes y amenazas, Fuentes es liberado, no sin antes tomarle más fotos y advertirle que no debe denunciar nada, porque pueden ir a “rafaguear” a su familia.
Lo ocurrido “demuestra las prácticas cotidianas de ellos. Sí me siento con temor, pero lo que más me mueve es el enojo contra la política fascista de militarización. Es necesario denunciar para que desde la ciudadanía intentemos salir del Estado de excepción”.
A raíz de lo que pasó con Darío Álvarez –herido tras una manifestación contra la militarización–, “se prendió una chispa en un gran sector de la población estudiantil. Vivimos en una guerra que nadie quiere y en la que estamos sumergidos cotidianamente. Creemos que hay un auténtico juvenicidio”, denunció.
El siguiente paso en Juárez, señaló Adrián, “es seguir trabajando en programas de intervención comunitaria como los que realizan algunos grupos de estudiantes, quienes han montado proyectos de educación sexual y reproductiva en colonias marginadas y bibliotecas comunitarias como la que los escritores Elena Poniatowska y Paco Ignacio Taibo II ayudaron a crear hace una semana.
Adrián concluye: “Estamos invitando a todos los colectivos de México a que participen en la movilización nacional contra la desmilitarización y en defensa de los derechos humanos de la población”.
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