La niña Evan Victoria, de cuatro años, murió asfixiada después de que se comió un pedazo de la envoltura de unos chicles, aclaró su madre Marisela Herrera.
Regeneración, 16 de julio de 2017.-En la funeraria, ubicada al Norte de Saltillo, fueron colocadas flores, globos y una fotografía del rostro sonriente de la menor que acompañan el ataúd color blanco.
“Ella era cuata (de Héctor)”, comenta la inconsolable madre.
Marisela, de 35 años, pide a los padres de familia que tengan mucho cuidado con los dulces que comen sus hijos para evitar más tragedias como la que le sucedió a ella.
Pese a que en un inicio medios de comunicación locales aseguraban que la menor falleció a causa de que se atragantó con una pieza de un “spinner”, la madre aclaró a EL UNIVERSAL que el jueves la niña se comió un pedacito de plástico, envoltura de unos dulces que le compró.
“Yo venía manejando y ellos estaban jugando y riéndose cuando de repente la niña me dijo: Mamá me cala, no puedo respirar, y se tocaba la garganta y me fui a la clínica 70 del IMSS.
Lamentablemente los médicos no pudieron salvarla porque se le tapó la tráquea”, relata.
Refiere que en la tarde les compró unos dulces y unos chicles, que dejaron en el carro, y por lo ocurrido deduce que Evan Victoria agarró un tubito con chicles y lo mordió para abrirlo y fue cuando se tragó un pedacito de plástico.
Marisela platica que su niña era feliz, muy alegre, cariñosa, juguetona, le encantaba bailar, decía que era “Evan Jirafa” porque estaba muy alta, medía como un metro de estatura, y era más alta que su “cuate”.
Este sábado en la Iglesia del Perpetuo Socorro se ofició una misa de cuerpo presente y posteriormente se procedió con la cremación.
Con información de: El Universal