Los pobladores de Xochitlán rechazan consulta sobre hidroeléctrica convocada por Semarnat porque busca legitimar el despojo de su territorio y sus bienes naturales.
Por Leticia Ánimas
Regeneración, 30 de agosto de 2017. Xochitlán, Puebla.- Pobladores de Xochitlán calificaron a la consulta pública de la Manifestación de Impacto Ambiental (MIA) de la Hidroeléctrica San Antonio, convocada por la SEMARNAT, como una trampa ya que servirá como instrumento para que la empresa GESA –de la que se dice tiene intereses Rafael Moreno Valle a través de terceros–legitime el despojo de su territorio y de sus bienes naturales; por lo que reiteraron su rechazo al proyecto y a la consulta.
Mediante un comunicado, miembros de la Brigada en Defensa del Territorio Xochiteco, indicaron que el mecanismo de la dependencia federal busca únicamente “mostrar” el estudio de impacto ambiental a quien se pudiera interesar, para que proponga “medidas de mitigación” de las afectaciones que se registrarán si se instala la generadora de energía en los cauces de los ríos Zempola y Ateno, y no tiene el objetivo de saber si la población está a favor o en contra del proyecto hidroeléctrico.
Por ello consideraron que este ejercicio es sólo una forma de “validación empresarial-institucional (GESA-SEMARNAT en este caso) para avanzar en el cumplimiento de su agenda de despojo del territorio para proporcionarlo a los monopolios extractivistas”, que se completa con “el soborno, la cooptación y la presión a los propietarios de los territorios” involucrados, en este caso a los de los municipios de Nauzontla, Atlequizayan, Xochitlán, Zoquiapan y Zapotitlan.
Consideraron que con la mal llamada “consulta pública”, se busca una aprobación de la MIA de GESA, para decir que la hidroeléctrica tiene el visto bueno de la población, pero ésta únicamente podrá proponer medidas de mitigación de los impactos negativos, aunque en este caso, añadieron, será imposible revertir los efectos que cause sobre el ecosistema de bosque mesófilo de montaña que está en peligro de extinción y añadieron que además busca dividir a los habitantes.
Pero, además, señalaron la convocatoria es un indicador de que el trámite para aprobar el proyecto hidroeléctrico que servirá “a la industria minera”, avanza rápidamente con la ayuda de la SEMARNAT que sabe que la energía que se produzca no será para abastecer a la población.
Sin embargo, aclararon que refutarán los argumentos presentados por la empresa y demostrarán que no se pueden compensar, ni mitigar los impactos en un ecosistema invaluable.
Además, acordaron un plan de acción que incluye la realización de una campaña nacional e internacional por el ¡NO! a la instalación de la hidroeléctrica, y adelantaron la creación de comités de apoyo en Puebla, el estado de México y la Ciudad de México.
La “mini” hidroeléctrica
Xochitlán, junto con Nauzontla, Zapotitlán de Méndez, Zoquiapan y Atlequizayan, son los municipios involucrados en el proyecto de construcción de una hidroeléctrica en los ríos Zempoala y Ateno que, de acuerdo con la empresa, generará 37.6 MW de energía eléctrica.
El proyecto incluye la construcción de dos obras de toma sobre los ríos con una altura aproximada de seis metros, una casa de máquina con seis y dos tuberías Pelton, tres líneas de transmisión de 384, 2 mil 936 y 6 mil 620 metros de postes, respectivamente.
El poblado más cercano a la hidroeléctrica es San Antonio, en Santecomata ubicado en el municipio de Xochitlán, y está situado a unos 800 metros lineales y a unos 200 metros de altura de la obra de toma del cauce que se mantendrá al mismo nivel.
La empresa GESA se comprometió en el año 2013 ante la Semarnat y el Comisionado Nacional para los Pueblos Indígenas de la Secretaría de Gobernación federal, Jaime Martínez Veloz a suspender sus actividades en la región, incluidas las de difusión, hasta que realizara una Consulta Indígena en los términos del Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), pero nunca cumplió.