Mujeres contra mineras dicen: Nadie nos puede separar de nuestra tierra, de nuestra agua, de nuestra identidad y de nuestro orígenes
Por Leticia Ánimas
Regeneración,23 de abril del 2018. Ixtacamaxtitlán, Pue.- Nadie nos puede separar de nuestra tierra, de nuestra agua, de nuestra identidad y de nuestro orígenes, concluyeron mujeres defensoras del territorio de Ixtacamaxtitlán ante la pretensión de la empresa canadiense Almaden Minerals que proyecta una mina a cielo abierto para extraer oro y plata de las montañas en esta región de la Sierra Norte.
Para reconocerse y hablar del camino que han recorrido durante los 5 años que lleva la resistencia contra este proyecto que ellas denominan de muerte, pero también para hablar de la manera en que desde sus espacios familiares y sus actividades cotidianas son guardianas de su cuerpo “su primer territorio” y entender la manera en que “dan un enfoque de género” a su lucha, las mujeres se reunieron en el auditorio de la comunidad de Santa María Sotoltepec.
Supieron de la minera, cuentan, cuando empezaron a resentir los daños: en Tenamigtic empezó a llegar el agua potable muy sucia y algunos se enfermaron, así se pusieron a investigar qué cosa pasaba, porque aunque los canadienses llegaron al municipio hace muchos años y empezaron a sacar “tierra en bolsitas”, nunca les dijeron cuáles eran sus verdaderas intenciones.
Aunque reconocieron que con sus movilizaciones y un Amparo han logrado frenar la apertura de la mina de la que prevén sacar 130 mil onzas de oro y 7 millones 798 mil onzas de plata durante cada uno de los 14 años que dura el proyecto, “como madres –aseguraron – nos preocupa el futuro de nuestra familia.
Por eso tenemos que luchar para que se cancele y evitar que gente de otros países vengan a explotar nuestras riquezas, y no nos referimos sólo al oro, sino que vienen a desaparecernos, a extinguirnos”.
El camino de su lucha, en estos años, ha sido duro, sinuoso, como el que bordea la ribera del río Apulco que nace aquí y baja hasta la cuenca del Tecolutla para llegar al Golfo de México.
Poco a poco se han ido sumando, de comunidad en comunidad. Lo que nos llama, dijeron, es nuestro corazón, es el interés por cuidar sus vidas, escuchar sus experiencias, saber qué le pasa a su Tierra y encontrar juntas lo que pueden seguir haciendo.
Las mujeres de Ixtacamaxtitlan describieron sus comunidades, de sus cerros, ríos, bosques, cuevas y manantiales, el espacio donde habitan sus cuerpos “su primer territorio”, donde están sus tradiciones y la memoria de sus ancestros y ancestras.
Hablaron también de la importancia de las actividades que realizan en sus casas para sus familias y de la manera en que en muchas ocasiones ese trabajo no es valorado.
Ellas hacen la comida, cuidan a sus hijos y esposo. Trabajan la tierra o son comerciantes, pero también están en las manifestaciones, denuncian las violaciones cometidas por la empresa e incluso la delegación que viajó a Canadá para entrevistarse con congresistas, organizaciones y autoridades, estaba formada mayoritariamente por mujeres.
Por ello indicaron, ante la importancia de su participación en la lucha por la defensa del territorio y en desarrollo de sus familias, buscarán que su palabra se escuche y sea tomada en cuenta.
“Que se valore nuestro aporte. Que se considere nuestro tiempo y la energía que destinamos a la reproducción de la familia y la comunidad”.
“Nuestros antepasados legaron la madre tierra; entonces nosotros tenemos que salvaguardarla también para heredarla a nuestros hijos, a nuestros nietos, a quienes vendrán después”, afirmaron.