Un estudio experimental realizado por especialistas internacionales determinó la imposibilidad de cremar a los 43 de Ayotzinapa, como dijeron las autoridades internacionales.
Regeneración, 30 de mayo de 2018.- Una nueva prueba forense se suma a las varias que demuestran la imposibilidad de cremar los 43 cuerpos de los estudiantes de Ayotzinapa, tal y como señalaron las autoridades mexicanas.
El estudio “Los Requisitos de Combustible para la Degradación Térmica de los Cuerpos Mediante la Cremación de Pira Abierta, hecho por expertos internacionales en materia de fuego, liderados por Luis Yerman, indica que no es posible la destrucción total de la materia orgánica en la cremación de cuerpos por medio de una pira abierta, como presuntamente ocurrió con los 43 normalistas de Ayotzinapa en septiembre de 2014.
Según el estudio, se requiere “un mínimo de nueve veces el peso del cuerpo en madera seca para lograr la destrucción casi completa de toda la materia orgánica”, y el fuego tiene que ser alimentado durante todo el proceso.
Los expertos señalaron que la investigación forense debía tomar en cuenta la correlación entre la degradación de los cuerpos con la dinámica del fuego y apuntaron directamente a la investigación de los 43 de Ayotzinapa.
“La degradación de los cuerpos tiene que correlacionarse con la dinámica del fuego para completar una investigación forense. La consistencia entre el nivel de destrucción de un cuerpo y la eficiencia de quemado, la intensidad y la duración de los posibles incendios debe demostrarse para inferir la validez de una hipótesis de cremación”, indicaron.
“Un ejemplo de alto perfil donde esta correlación se convirtió en clave para establecer la validez de una hipótesis forense se relaciona con lo que se ha denominado la ‘Verdad histórica’ en el caso de los 43 estudiantes desaparecidos en Ayotzinapa, México. Una investigación forense concluyó que varios cuerpos (hasta 43) fueron incinerados en el basurero municipal de Cocula”.
En todos los experimentos que llevaron a cabo, con distintas variables como interacción térmica entre el incendio y aquellos individuos expuestos al fuego, queda una buena masa de material orgánico, por lo que es casi imposible creer que los estudiantes fueron reducidos a tal grado que no se pudieron hacer exámenes de ADN.
El estudio, publicado en el Fire Safety Journal, fue dirigido por Luis Yerman, integrante de la escuela de Ingeniería Civil de la Universidad de Queensland, Australia y también participaron Harrison Wall, Jerónimo Carrascal, Aidon Browning, Devduni Chandraratne, Christina Nguyen, Andy Wong, Tristan Goode, Daniel Kyriacou, Margaret Campbell, Julian Cao, Tam Do, Diana Casimiro-Soriguer, Andrea Lucherini, Sergio Zrate, Hons K. Wyn, Aarón Bolaños, Ángela Solarte, Carmen Gorska, Ba-Dinh Le, Son Tran, Quang Le y José Luis Torero.
Vía La Jornada.