Las operaciones de rescate en el volcán japonés Ontake, cuya repentina erupción el sábado causó al menos 36 muertos, fueron suspendidas este lunes por la tarde debido a la fuerte concentración de azufre, informaron las autoridades.
29 de septiembre de 2014.-Mil 160 socorristas de los servicios de la policía, bomberos y grupos de defensa civil, que por la mañana habían reanudado las operaciones en la cima de la montaña, emprendieron el regreso. «Encontramos cinco personas más con un paro cardíaco en la montaña», dijo a AFP un portavoz de la policía de la provincia de Nagano, donde está el volcán. Los socorristas hablan de «paro cardíaco» para designar a las víctimas que ya no presentan ningún signo vital a la espera de que un médico certifique su muerte. Por el momento, sólo cuatro muertes fueron legalmente certificadas después de que los socorristas bajaran el domingo los cuerpos sin vida. Una fuente militar dijo que 63 personas fueron heridas, muchas de ellas de gravedad.
«Todavía sigue saliendo mucho humo» del cráter, dijo a AFP un responsable de la prefectura de Nagano, poco antes de que se suspendieran las tareas de socorro.
El volcán Ontake, de 3.067 metros de altura, situado a 100 kilómetros de Tokio, se despertó bruscamente el sábado al mediodía, proyectando espesas nubes de humo, cenizas y piedras. Este episodio rarísimo, el primero importante en los 35 últimos años en este volcán, sorprendió a más de 300 senderistas y turistas. La falda y pendientes del volcán, cubiertas de cenizas, ofrecían un paisaje lunar.
Los socorristas cavan en las cenizas en búsqueda de eventuales víctimas, indicó una militar, que insistió en que era una tarea muy difícil. «La prioridad es salvar vidas», insistió por su parte el primer ministro japonés, Shinzo Abe. «Se trató de una erupción de vapor acumulado por encima del magma, lo que provocó la proyección de piedras y cenizas», explicó a la televisión un vulcanólogo de la universidad de Nagoya. «De los 303 senderistas censados el sábado antes de escalar (además de los muertos y heridos encontrados) no tenemos noticias de 8, y el número de desaparecidos podría aumentar» puesto que algunos no se registraron, indicó el portavoz del Gobierno. Varias decenas de personas más sufrieron heridas debido a la caída de rocas o se intoxicaron a causa de la inhalación de polvo.
«Hubo un estruendo y el humo oscureció el cielo», explicó Shuichi Mukai, responsable de un albergue de montaña cerca de la cumbre, al describir la repentina erupción del Ontake.
Muchos de los visitantes huyeron, presas del pánico, cubriéndose la cabeza y el rostro para no asfixiarse, según los testimonios y videos de los aficionados. Sin embargo, varias decenas de personas -entre 45 y 49, según las estimaciones de las autoridades locales- no lograron bajar y pasaron la noche en los refugios.
El vapor continuaba escapando el domingo de la cima del volcán y existe el riesgo de que caigan cenizas en un radio de 4 kilómetros, advirtió la agencia meteorológica.
«Nadie hubiera imaginado la erupción de ese tipo de montaña. Yo no podía creerlo», dijo un miembro de un equipo de NHK que se encontraba en el lugar para filmar otro tema.
El monte Ontake no se había despertado de forma tan fuerte desde 1979, cuando el volcán escupió más de 200.000 toneladas de cenizas, de acuerdo con los medios de comunicación locales. Una erupción de menor magnitud tuvo lugar en 1991, y el mismo volcán fue responsable de varios sismos en 2007.