Un investigador del Instituto de Geofísica de la UNAM destacó que las autoridades deben tomar en cuenta la experiencia del terremoto de septiembre para que incluyan en las normas de construcción la realización de estudios geofísicos
Regeneración, 3 de diciembre de 2017.- El doctor René Chávez Segura, quien es investigador del Instituto de Geofísica de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), explicó que en la Ciudad de México y la zona metropolitana por el tipo de suelo es susceptible a hundimientos diferenciales que provocan grietas que dañan lo que haya en la superficie, así lo informa La Jornada.
El investigador destacó que las autoridades deben tomar en cuenta la experiencia del terremoto de septiembre para que incluyan en las normas de construcción la realización de estudios geofísicos enfocados a la caracterización del subsuelo “como prevención, no cuando ya tenemos el problema”.
PROBLEMA: SUELO ARCILLOSO
Un grupo de investigadores del Instituto de Geofísica, desde el año 2006, empezó a investigar cuál era el motivo de los agrietamientos y la separación de muros en las casas, esto los llevó a concluir que se provocan por los hundimientos que se generan debido a la extracción de agua o las filtraciones de la red hidráulica, al estar asentadas en un suelo arcilloso.
También dijo que las arcillas se dilatan o se contraen de acuerdo con el contenido de agua. “Es como una esponja. Si le pones dos pesas y de un lado le sacas agua, una parte se va a hundir más rápido que la otra y es lo que llamamos subsidencia o hundimientos diferenciales. Esta situación se agrava con las filtraciones por fugas de la red hidráulica”, destacó.
De la mano de un grupo de geofísicos, que realizan estudios debajo de los edificios para conocer su comportamiento, refirió que en 2011 analizaron el caso de la unidad La Concordia, en la delegación Iztacalco,en donde los inmuebles presentaban agrietamientos y esto se debió a las fracturas que había en el subsuelo.
“Con el sismo (del pasado 19 de septiembre) estas fracturas incrementaron su tamaño y los efectos sobre los edificios son mucho más graves. No son fallas geológicas –que son regionales y pueden tener kilómetros–, sino el continuo hundimiento al que está sometida gran parte de la cuenca”, detalló.
Además destacó que es de gran importancia que existan centros de monitoreo en cada delegación integrados por un geólogo, geofísico, ingeniero civil y arquitecto con equipo para hacer un relevamiento y mapas de fracturas y verificar edificios, que no tienen que estar a punto de caer para revisarlos.
MAPA DE RIESGOS
Apuntó se podría tener un mapa de riesgos, “que señalara donde usted vive tiene tal riesgo, y puede hacer esto, aquello o irse, y que en el futuro las compañías constructoras estén obligadas a edificar según lo requiera la zona”.