Entre el capricho estético y el acto poético se debate la reciente instalación del artista japonés Azuma Makoto.
Regeneración, 15 de julio 2014.- Se trata de Exobotanica, un acto que consistió en enviar dos “objetos botánicos” al espacio exterior, y luego registrarlos, flotando, en fotografías y video.
Se trata de un bonsái de pino blanco, con 50 años y que es parte de la colección del propio Makoto, mientras que el segundo corresponde a un arreglo floral compuesto por orquídeas, lilas, e irises.
Las flores no solo son hermosas para adornar una mesa. Quería ver el movimiento y la belleza de las plantas suspendidas en el espacio.
El inusual cargamento fue propulsado a la estratósfera desde el desierto de Black Rock, en Nevada, gracias al apoyo de un equipo de diez integrantes de JP Aerospace, organización de voluntarios que desde hace tres décadas ejecuta lanzamientos a la atmósfera superior. Las carcasas empleadas para sostener las plantas fueron recuperadas, evitando así alimentar el gigantesco acervo de basura que órbita alrededor de nuestro planeta.
El proyecto en sí resulta un tanto polémico, ya que el discurso de su autor resulta un tanto frívolo o simplista. Por otro lado, la obra podría interpretarse como una especie de oda a la belleza natural, atrayendo la atención del público hacia ella y recordándonos que, si bien son elementos que, por fortuna, acompañan nuestra cotidianidad, no por ello debemos olvidar su asombrosa esencia.
En todo caso, aprovechemos la ocasión para disfrutar la peculiar hermosura de las que documentaron esta excentricidad.
Información: Ecoosfera