Un grupo de expertos en alcohol, entre ellos un sommelier probaron algunos de las bebidas más baratas de la vinatería y las calificaron para que no tengas que hacerlo.
Regeneración, 03 de noviembre de 2016.-Puede que sea por bajo presupuesto, diversión o simplemente porque tienes gustos baratos, cualquiera que sea la razón, aquí se presenta una lista de los alcoholes más baratos y fáciles de encontrar, para su deleite y placer.
Las personas que participaron en la cata son conocidos por su contenido y conocimiento etílico, como el sommelier mexicano, Edu Villegas, además de Isaac Moyo, dueño de la Cervecería Linda Vista; Marc Monster, cabeza de la Agrupación Cariño; March Castañeda, editora de Munchies en español, Marycarmen de nuestro equipo de ventas, y la experta en comida de Vice, Dani George.
Entre las bebidas testeadas están el vino tinto Valle Redondo California (en tetra pack), ron blanco Antillano, licor de caña Tonayán, destilado de caña Caña de Oro, brandy Los Reyes, Anís del Chango, licor de agave Rancho Escondido y un litro de mezcal que compramos en Ayotzinapa por cuarenta pesos para que tú no tengas que hacerlo. El costo de todas estas bebidas (salvo el mezcal, todas en sus presentaciones de 250 mililítros o pachita) fue de poco menos de 120 pesos
Y se les calificó en aspectos como: 1) Apariencia visual (turbidez, color, brillo); 2) Análisis olfativo (calidad del aroma, limpidez, carácter del aroma, intensidad del aroma, equilibrio aromático); 3) Análisis gustativo (calidad de sabor, limpidez, equilibrio, intensidad del sabor, persistencia, cuerpo); 4) Presentación (diseño de botella, etiqueta, tamaño).
“Cuando se habla de transparencia, básicamente se refiere a que no sea puro. Hipotéticamente ninguna de estas bebidas debería ser turbia, si es así, algo está mal. Normalmente debe ser brillante y transparente, aunque [la bebida] tenga color. En cuanto a la vista, es fácil. Sólo vamos a señalar lo que sí tiene”, explicó Edu Villegas, director general de la Academia Mexicana de Enogastronomía.
Vino California: Pese a su mala fama, los expertos indicaron que el color y limpieza de este vino era notable.
“Me parece que es un vino corriente, pero está limpio. No es un Madero, pero… Un dos o un tres sí se lo merece”, dijo Edu.
Y aunque no tenía cuerpo, es decir, por tratarse de un vino aguadito, sabe a uva y “no está mal”.
“Es un vino muy aguadito. Con muy poco cuerpo. La persistencia es el tiempo que se queda el sabor en la boca. En este caso es baja, yo le pondría ahí uno. En la boca sí marca una nota avinagrada. Es extraño porque normalmente los tetrabrick son muy buenos recipientes y es muy raro que se oxide un vino. Cuerpo: cero. La presentación, no es la gran cosa, pero tampoco está feo”, dijo Edu.
Luego vino el turno del Rancho Escondido, bebida que reza en su etiqueta que se trata de un “licor de agave”, se ve ligeramente turbio, con algunas cosas flotando.
“Huele a madera y sí huele a tequila un poco”, señaló March.
Mientras Edu dijo que “lo más loco de todo es que huele bien. Seguramente está hecho con el azul Tequilana Weber, que es el agave del tequila. ¿Pero te digo una cosa de neta? Ponlo en una cata con otros tequilas y pasa perfecto. Esta madre pásala en una botella de Herradura Reposado y no tiene pedo. Es neta, huele bien”.
El siguiente fue el destilado de caña “Caña de Oro”, que aseguraron olía a alcohol de hospital y sabía a acetona, pero a la vista resultó con brillo, transparente y de muy buen aspecto, pero el aroma era de alarmarse.
“No puedes negar que éste sí huele muy culero”, dijo March.
“No, por supuesto. Sí me da miedo probarlo”, respondió el sommelier.
El siguiente turno fue para el famoso Tonayán, mismo que aunque se haya popularizado como un mezcal, su etiqueta indica que se trata de un licor de caña, y “le meten color para que parezca reposado”, dijo Edu.
Poco se dijo sobre el sabor, pero la presentación gustó y no al mismo tiempo.
“De entrada, la botellita de plástico parece como de champú. Pero la presentación me encanta. Creo que es la más bonita. Los colores están chidos. Le doy un siete de presentación”, dijo March, mientras para Moyo, no se merecía ni un punto porque la botella es de plástico.
Más tarde, llegó a la mesa Los Reyes, cuya etiqueta también dice destilado de caña y que se ha popularizado como un brandy.
Edu señaló que si bien el color era interesante, era un color falso, pues era obvio que tenía colorante, pero cuando pasaron a la cata de sabor, todos coincidieron en que era el peor de todos y lamentaron que Pedro Domeq no ponga más esfuerzo en la fabricación del producto.
“Sin duda, éste es el peor de todos hasta ahorita. En cuanto a análisis visual se ve bien porque lo hicieron bien, pero en olfato de plano no tiene nada y en la boca, puta, es fuego cabrón. Es como darle un trago al alcohol del 96”, dijo Edu.
Y con tantos alcoholes, era hora de algo dulce a la boca, por lo que probaron el Anis del Chango, mismo que salió muy bien dentro de la cata.
“Es mi ganador. Yo me tomo un vasito y canto bien chingón”, dijo Monster.
“Pues está bien hecho, la verdad, para ser un anís de no sé cuántos pesos, está bien logrado”, siguió Edu.
“Cuesta 22 pesos. La mejor inversión”, concluyó March.
Luego de lo dulce, pasaron al Ron Antillano Blanco, que fue calificado muy mal por su sabor y aroma.
“No sé cuál está peor, si éste o el Reyes”, dijo March.
“Cero, cero, cero en todo”, soltó Marycarmen.
Finalmente, los catadores probaron un mezcal guerrerense de Ayotzinapa; transparente como el agua, con un sabor intenso pero de buen sabor y olor.
“Éste sí se ve más locochón, no mames”, dijo Monster.
“Está bastante bueno, está fuerte”, detalló Edu.
“Huele delicioso. ¡No mames! Está súper bueno pero está súper fuerte. Me encantó”, declaró March.
“Ay, güey, está muy rico, muy intenso”, se sorprendió Moyo.
Vía Vice.