Fabricantes de armas culpables de atentados en Bruselas: Papa Francisco

«Detrás de Judas estaban quienes le habían dado el dinero». «Detrás de los atentados en Bruselas hay fabricantes y traficantes de armas que quieren sangre».

Fabricantes de armas culpables de atentados en Bruselas Papa Francisco

Regeneración, 25 de marzo de 2016.- El día de ayer el Papa Francisco hizo una declaración dentro de las ceremonias de la Semana Santa ante alrededor de mil refugiados, la mayoría musulmanes y los trabajadores del centro de acogida de Castelnuovo di Porto, a las afueras de Roma, donde se desplazó para lavar los pies a once refugiados y una asistente social.

El pontífice señaló a los «fabricantes y traficantes de armas» como culpables de atentados terroristas como el perpetrado en Bruselas recientemente porque, en su opinión, «quieren sangre, no la paz, quieren guerra y no la fraternidad».

«Hace días, un gesto de guerra, de destrucción, en una ciudad de Europa. Gente que no quiere vivir en paz. Pero detrás de ese gesto, como detrás de Judas, había otros (sujetos)», señaló el pontífice durante la ceremonia del lavado de pies del Jueves Santo.

Francisco agregó que «detrás de Judas estaban quienes le habían dado el dinero para que Jesús fuera entregado». «Detrás de ese gesto (el atentado de Bruselas), hay fabricantes y traficantes de armas que quieren la sangre, no la paz, que quieren la guerra y no la fraternidad. Dos gestos. Lo mismo. Jesús lava los pies y Judas vende a Jesús por dinero».

En su alocución, Bergoglio destacó el valor de los gestos que, a su juicio, «hablan más que las palabras» y sirven para reivindicar el valor de la fraternidad y de la convivencia entre religiones.

«Todos nosotros juntos, musulmanes, hindúes, católicos, coptos, evangélicos, pero hermanos. Hijos de un mismo Dios y que queremos vivir en paz, integrados», indicó el pontífice a los refugiados.

Y agregó: «Vosotros, nosotros, todos juntos, diferentes religiones, diversas culturas, pero hijos del mismo padre. Pobres aquellos que compran las armas para destruir la fraternidad».

Finalmente el Papa llevó a cabo el lavado de los pies a varios refugiados, arrodillándose ante cada uno. Entre los once refugiados a los que el papa realizó este gesto había tres hombres de religión musulmana, un hindú, tres cristianas coptas procedentes de Eritrea y cuatro católicos nigerianos.